Puerto Cabezas, situada en la Costa Caribe Norte de Nicaragua, forma parte del territorio de Karatá. Este territorio preserva su estructura de gobierno tradicional, la cual es esencial para las comunidades indígenas y afrodescendientes. Dentro de Karatá se encuentran las áreas de Lamlaya, Dakban, Puerto Cabezas y Kru Warban.
Para comprender la perspectiva y la cosmovisión de los pueblos miskitos y afrodescendientes en Puerto Cabezas, es crucial referirse al Tratado Harrison-Altamirano de 1905. En este tratado, el Reino Unido reconoció la soberanía plena de Nicaragua sobre la reserva miskita.
Desde ese momento, el territorio pertenece colectivamente a todos los descendientes. Las tierras son inalienables y no pueden ser vendidas, aunque sí es posible su arrendamiento.
Ronald Wittingham Dennis, presidente territorial indígena y afrodescendiente de Karatá, explicó que los pueblos indígenas tienen sus propias normas basadas en las costumbres y tradiciones y eso se establece en la Constitución de Nicaragua.
“Nosotros somos un gobierno territorial y cuando se recibe el título a través del tratado Harrison-Altamirano en 1905 se trabajó en la administración desde que se otorgó en 1915 oficialmente. El gobierno en 1927 crea el municipio de la ciudad de Puerto Cabezas, entonces nosotros estamos coordinando desde esa fecha para mantener los enlaces a través del departamento de urbanismos que tiene mucha relación porque la ley 445 y la ley de autonomía establece que se debe coordinar con la comunidad”, explicó.
Articulación con gobierno central
"Nosotros articulamos con el gobierno central para el bien y el desarrollo de las comunidades que yo represento. Nosotros todas las gestiones que tenemos que hacer ante el gobierno central tienen que ser primero a través del gobierno regional, entonces los fondos que nosotros recibimos vía Hacienda tenemos que coordinar o gestionar a través de la instancia que corresponde que es el gobierno regional", apuntó Wittingham.
“La tierra es de las comunidades indígenas, y para hacer obras de progreso sociales como parques o estadios, nosotros lo donamos porque son proyectos no de lucro, sino que son para la sociedad. Como mandata la ley 445 que establece que el gobierno territorial debe de trabajar articulado con todos los niveles de gobierno, nosotros trabajamos con el gobierno central, con el gobierno regional, con la alcaldía, el gobierno territorial y también con los gobiernos comunales”, detalló el presidente territorial.
Preservar la cultura miskita
"Nosotros como pueblos indígenas, no podemos perder nuestra identidad, no podemos renunciar a nuestra cultura y a nuestros valores culturales, incluso nosotros tenemos nuestro propio sistema y es un sistema democrático comunitario bajo la visión y misión de pueblos indígenas, eso no es renunciable porque si nosotros renunciamos a nuestra cultura entonces renunciamos a ser miskitos. Ahora se respeta la Constitución de Nicaragua y ahora bajo el gobierno del Comandante Daniel y Rosario Murillo. Nosotros nos sentimos agradecidos por la restitución de los derechos nuestros", afirmó el presidente territorial.
Arrendamiento de las tierras indígenas
“Nosotros como pueblos indígenas de Karatá hemos venido practicando, desde que obtuvimos el título a través del tratado Harrison-Altamirano, la Constitución, que dice que todo nicaragüense tiene el derecho de transitar libremente por el territorio y esos derechos no se renuncian, entonces nosotros estamos acostumbrados a convivir con la gente del Pacífico y de cualquier lugar, sin embargo, todo el que viene aquí tiene que estar bajo las normas de los miskitos. Una de las normas de nosotros dice que para obtener un terreno debe hacer un documento y la comunidad tiene que dar esos derechos de posesión a través de un documento de contrato de arrendamiento”, explicó.
¿Cómo administran los recursos?
“Nosotros tenemos dos fuentes de ingresos, una es el gobierno que nos da un fondo a través de Hacienda, el otro son los fondos propios que lo adquirimos a través de los contratos de arrendamiento, a través de los usufructos de terrenos. Es arrendamiento porque no hay una figura jurídica que nos dé la potestad de vender. El cliente fijo de nosotros son las empresas privadas, empresas pesqueras y el gobierno porque el gobierno también paga, es decir, las instituciones pagan pero estos últimos tienen preferencia porque no pueden pagar lo mismo que paga una empresa y esta tarifa es fija y se paga anualmente”, detalló el líder indígena.
¿En qué se utilizan los fondos de Karatá?
"Nosotros utilizamos este fondo en crear y promover el desarrollo de las comunidades. Tenemos cuatro programas, el primer programa es social que tiene que ver en cómo ayudar a las familias más pobres del territorio o la comunidad, ayudarlo a construir su vivienda con materiales de construcción, ahí también apoyamos a la gente que tiene problemas para ir a Managua, entonces le garantizamos el pasaje, garantizamos la compra de su medicamento".
"El segundo programa es para becas educativas, hasta el momento tenemos 185 becados a nivel de secundaria, primaria y universidad, estudiando en Managua; el tercer programa es de desarrollo y tiene que ver con la construcción de andenes, muelles y el cuarto es el programa de emergencia, cuando un miembro de la comunidad fallece se le ayuda a hacer la bóveda, comprar el ataúd y nosotros tenemos que garantizar la construcción de las tumbas y también tenemos programas de deportes para las mujeres y los hombres garantizando alimentación, uniforme, traslados, trofeos y utensilios deportivos", afirmó Wittingham.
El Estado de Nicaragua reconoció los derechos de los pueblos originarios, llámese miskito, afrodescendientes o mayangnas. No ha sido un camino fácil para ellos, pero han visto en los últimos años cómo su vida ha ido mejorando.
"Han pasado muchos años desde que Nicaragua se independizó en 1821 y de esta fecha para acá han pasado un montón de gobiernos. En la segunda etapa de la Revolución el gobierno vino a trabajar con los pueblos indígenas restituyendo los derechos como la salud, la educación y cuando hablo de salud por ejemplo ha construido un montón de clínicas, en Karatá hay clínicas, en Lamlaya, hay clínicas en toda la región el gobierno ha construido clínicas, ha reconocido los derechos de los pueblos originarios. Hasta el año 1987 en la Constitución de los gobiernos liberales no aparecía como comunidad indígena, ahora hay una ley de autonomía, ahora cada territorio, cada comunidad tiene su propio título, deben de administrar sus propios recursos naturales y ese es un derecho que no lo habían reconocido durante tantos años otros gobiernos”, subrayó.
Karatá, tierra de pescadores
Karatá, dedicada a la pesca, está a unos 27 kilómetros de Bilwi, Puerto Cabezas y para llegar se tiene que trasladar a través del río.
La función del juez y anciano es vigilar el bienestar del patrimonio de las comunidades de Karatá, la conducta y disciplina de los comunitarios para preservar la paz y la tranquilidad.
Cheginal Delman Francys, juez de Karatá, explicó que en la isla habitan 148 familias, 108 casas dentro de la comunidad y Puerto Cabezas es la cabecera del territorio.
"Nuestros terrenos no se venden solo se hace el proceso de arrendamiento. El estatuto dice que los miembros del territorio de carácter tienen que ser parte propietario de la tierra, pero no se debe de vender y de esta manera tener un pequeño beneficio”, recalcó Cheginal.
Libio Warman Artola, del Consejo de Ancianos, contó “soy nacido y criado en esta comunidad de Karatá. Durante mi juventud fui juez de la comunidad y ahora que tengo 78 años estoy formando parte del Consejo de Ancianos de la comunidad".
La función del Consejo de Ancianos es velar y vigilar la seguridad de la comunidad y acompañar en reuniones al juez de la comunidad, si se presentan decisiones que se deben tomar y "nosotros le damos nuestro consentimiento y aprobamos cualquier actividad o ley de la comunidad”.
¿Cómo se elige un Consejo de Ancianos?
"Para poder elegir al anciano de una comunidad hay otros ancianos con mayor edad, entonces ellos toman la decisión para poder seleccionar y darle ese espacio a un nuevo anciano, a la par de eso, ese anciano debe haber tenido buena conducta, buena presentación y poder manejar el origen de la comunidad y leyes", aseguró Warman.
El líder del Consejo de Ancianos es elegido por un periodo de 3 años, sin embargo, puede volver a ser reelecto por la población por un periodo más. Aunque ellos ponen sus propias leyes y sanciones, también tienen la potestad de acudir a las autoridades como la Policía si consideran que el delito es muy grave.