Para llegar a la Escuela Candelaria se debe viajar hasta el kilómetro 40 Carretera Vieja a León y ahí seguir 7 kilómetros a través de un camino de tierra algo angosto.
En el camino se encuentra uno con gente montando en bestias, caminando o en moto, siendo estas las formas de transporte más comunes.
En esta escuela, el Ministerio de Educación de Nicaragua ha implementado el Programa de Vocación Productiva para el Trabajo y la Vida.
Según datos del Mined, unas 704 escuelas del campo a nivel nacional tienen implementado este programa. Más de 80 mil estudiantes están aprendiendo y compartiendo estos conocimientos en sus hogares. Muchos de ellos afirman que han encontrado su vocación y esperan convertirse en veterinarios, agrónomos y zootecnistas.
“Este programa forma parte de una estrategia de atención especial a la educación en el campo por mandato de nuestra Presidencia. El programa tiene un propósito de promover el arraigo comunitario, el amor por la comunidad rural, la vocación productiva”, explicó la directora general de educación secundaria, Melva López Montenegro.
En este sentido y para lograrlo, el Mined se apoya con las universidades y el Tecnológico Nacional y el Sistema Nacional de Producción para que sean los especialistas los facilitadores de los conocimientos que se imparten en las aulas de clases, tanto en la teoría como en la práctica.
“Tenemos jóvenes en las edades de 12 a 17 años y en coordinación con la familia ellos transfieren técnicas y tecnologías de campo donde los muchachos y muchachas aprenden en la práctica, porque este programa es 70% práctico y 30% teórico”, aseguró López Montenegro.
La mayoría de las personas que habitan en esta comunidad trabajan en la agricultura, ganadería y porcicultura, por lo que son ellos mismos los que prestan los terrenos y animales para hacer las prácticas.
“Tenemos testimonios donde las familias están poniendo en práctica estos conocimientos para la mejora de su producción. En las parcelas demostrativas ellos cosechan diferentes vegetales que sirven como complemento de su merienda escolar”, añadió la directora de educación secundaria.
Nicaragua es un país agrícola que se plantea fortalecer los cultivos para mantener la seguridad alimentaria.
“Los resultados e interés de los estudiantes significa que el programa está haciendo un impacto y eso que empezamos en el segundo semestre del año 2022. Para lo corto que hemos transitado creo que el impacto es grande”, subrayó.
Los maestros que imparten los materiales generales como matemáticas, lengua y literatura, inglés, estudios sociales, también reciben charlas para conocer más técnicas de campo.
Wilfredo Corea, tiene 17 años y estudia el cuarto año de secundaria. Durante este último año ha aprendido a cómo cuidar y vacunar aves y cerdos, acción que no podía hacer aunque en su casa desde muy pequeño se ha criado con este tipo de animales.
“Este programa me ha servido mucho en los conocimientos que he adquirido porque pienso ponerlos en práctica en un futuro. En mi comarca y en mi hogar puedo ser de utilidad porque en mi casa mi padre tiene cerdos y aves y también somos agricultores porque sembramos maíz”, declaró el joven estudiante.
“Me veo trabajando en el campo, pero también quiero sacar una carrera universitaria como contabilidad pública, pero yo trabajo mucho con mis padres en la agricultura y les podría brindar mi ayuda”, afirmó Wilfredo.
La joven Ana Gabriela Barrios García, también estudiante de esta escuela rural, comentó que con estos conocimientos ya no es necesario recurrir a un gasto extra en su hogar para poder vacunar a sus animales.
“Con el tiempo hemos recibido cursos para saber cómo tratar a los cerdos. Este curso de vocación productiva nos ha servido mucho porque nos ayuda en nuestra vida diaria y a tomar decisiones para estudiar otra carrera. En mi caso yo deseo estudiar zootecnia y con estas clases me he dado cuenta que me gusta el campo y le he explicado cosas a mi padre que le han sido de mucha ayuda”, contó Ana.