Hay personas que son indispensables, en la historia de un proceso revolucionario, uno de estos fue Pedro Aráuz “Federico”. Con su presencia en las filas del FSLN, el triunfo de la revolución nicaragüense dejó de ser una utopía, gracias a su entrega y devoción revolucionaria, se hizo una realidad la derrota de la dictadura somocista.

Hoy se celebra el 42 aniversario de su paso a la inmortalidad, por tal motivo es oportuno el homenaje, para este héroe y mártir de gran valía como dirigente, activista y organizador, en la lucha revolucionaria sandinista.

Pedro Aráuz Palacios “Comandante Federico”

Nace en Diriomo, Granada la mañana del 6 de septiembre de 1949, su madre Socorro Palacios y su padre Augusto Aráuz, de oficio agricultor. Estudio su secundaria y se bachilleró en el Instituto Nacional de Oriente en Granada.

Ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN)para realizar sus estudios superiores en la carrera de Ingeniería Civil, se incorpora al Frente Estudiantil Revolucionario (FER), donde se destaca por su valioso aporte en el fortalecimiento de la organización, además instaló una escuela militar, con sus miembros, lo que permitió enriquecer las filas del FSLN.

Por su capacidad logra alcanzar un cargo en el ejecutivo, Secretario de Relaciones Obreras del FER, desarrollando la vinculación del movimiento estudiantil con las organizaciones de masas.

Para el año 1968, Federico está incorporado al FSLN, y trabaja como coordinador de la movilización y de los contactos, de Julio Buitrago Urroz, principal responsable urbano del FSLN, en esa fecha. 

Su legado

En 1969 luego de la caída en combate de Julio Buitrago (15 de Julio), Federico se convierte en uno de los cuadros operativos encargados de trasladar a León, a los compañeros que habían quedado aislados en Managua, producto de los combates de ese período.

A partir de esa responsabilidad se desliga del trabajo en el FER y se dedica a tiempo completo al FSLN. Federico junto a Juan José Quezada, Edgard Munguía y otros compañeros desarrolla un intenso trabajo, para el resurgimiento de la organización, que se había debilitado con la caída de Buitrago.

Esta actividad realizó al mando de una célula, integrada por Mario Benavides, Cristian Pérez, Juan José Quezada, René  Núñez, Julio Avilés y Luisa Amanda Espinoza, luego de tres meses intensos de labor, el FSLN estaba estructurado nuevamente.

Con el propósito de demostrar que el FSLN seguía en pie de lucha, se le encarga a Federico y a Juan José Quezada, la misión de secuestrar un avión de “LANICA”, propiedad de Somoza, los dos  revolucionarios de manera audaz y valiente, el 4 de Noviembre de 1969, secuestran un avión, que viajaría hacia El Salvador y lo desvían a Cuba, este fue el primer secuestro realizado por el FSLN.

La operación se realizó en conmemoración del segundo aniversario de la caída del compañero Casimiro Sotelo y estaba combinada con otras dos acciones, una recuperación bancaria en León, bajo la responsabilidad de Leonel Rugama, Roger Núñez, Mauricio Hernández y Enrique Lorente, además la colocación de varias bombas en Managua que podrían Cristian Pérez y otro compañero. Las acciones fueron exitosas.

Antes de finalizar el año 1969 sale al exterior, buscando  apoyo internacional para la lucha revolucionaria nicaragüense, viaja a Cuba, Francia y Suiza. Luego junto a Patricio Argüello, Eduardo Contreras, Juan José Quezada, Enrique Schmidt y otros compañeros, se dirige a Oriente Medio para recibir entrenamiento militar en los campamentos de la organización guerrillera de Palestina, AL-Fatah.

Participa con Juan José Quezada en varios secuestros aéreos en apoyo a la justa causa, de los  palestinos, estas acciones la realizan en los primeros meses del año 1970, dando un impulso al FSLN, en el campo internacionalista. Por acoger la lucha del pueblo de Palestina como propia, Federico y otros compañeros nicaragüenses, son nombrados ciudadanos honorarios palestinos.           

Durante 1970 el FSLN recibe duros golpes por parte de la guardia somocista, la Dirección Urbana y los cuadros más importantes son encarcelados, sólo quedan dos libres en la clandestinidad, pero prácticamente aislados.

Para esa época la organización no estaba estrechamente ligada a las masas y esa acción frenó el trabajo revolucionario. Ante estos acontecimientos Federico decide regresar a Nicaragua en 1971, se le asigna como jefe del Regional de León, inmediatamente se pone a trabajar para organizar al FSLN.

El trabajo organizativo del FSLN impulsado por Pedro Aráuz en Occidente, permitió llegar a controlar el movimiento estudiantil universitario al recuperar los vínculos con el FER, logra organizar  juntas comunitarias en los barrios y llegó a tener control sobre el principal sindicato de trabajadores de León.

Paralelamente, impulsó el trabajo organizativo con los indígenas de Subtiava, Los Arcos, Chacaraseca, y otros. Federico en sus funciones revolucionarias introduce la teoría de los trabajos organizativos en las comunidades y barrios, gracias a ese trabajo, León se convirtió durante mucho tiempo en el centro operativo político y organizador del FSLN.

Creó en Occidente varias escuelas militares donde ponía en práctica sus experiencias adquiridas en Oriente Medio, motivando a los militantes a ser mejores y darse por entero a la lucha revolucionaria. Se reunía con el Comité Regional con frecuencia para bajar orientaciones y discutir artículos que elaboraba la organización, muchos de estos de su autoría.

El 18 de septiembre de 1973 caen en Nandaime, Ricardo Morales, Oscar Turcios, Juan José Quezada y Jonathan González, el movimiento queda sin dirigencia a nivel nacional. Los miembros de la Dirección Nacional en el exterior deciden nombrar a Federico como Responsable Nacional Provisional del FSLN, asume la tarea y se pone al frente con entrega e iniciativa.

Gracias a esta decisión asigna responsabilidades para impulsar el trabajo en Matagalpa, Nueva Segovia, Ocotal, Estelí, Somoto, Carazo, Rivas, Managua y Occidente. Federico logra ligar al FSLN con una serie de sectores antisomocistas, incluyendo grupos religiosos y crea los mecanismos adecuados para estrechar los vínculos con la montaña. 

Durante diez meses estuvo solo en la responsabilidad de la Dirección Urbana de la organización, a Federico le correspondió ser uno de los dirigentes que supervisó y apoyó la planificación de la acción de la toma de la casa Chema Castillo el 27 de Diciembre de 1974, durante una elegante recepción navideña con políticos, diplomáticos, funcionarios y empresarios.

Esta acción se denominó “Operación Juan José Quezada”. Producto de esta acción guerrillera, el régimen somocista desata una ola represiva durante los primeros meses de 1975, la persecución y la captura de militantes, colaboradores y correos, en la vida legal o clandestina fue constante.

Federico toma las medidas necesarias para hacer frente a la represión, realizando la promoción de cuadros políticos organizativos para fortalecer los equipos de trabajo, en esta labor demuestra gran destreza al ubicar los cuadros adecuados, descubriendo las habilidades de los compañeros y sustituir en el momento oportuno a los cuadros vacilantes.

En febrero de 1976 viajó a Honduras y México, aquí se reúne con Daniel Ortega y Eduardo Contreras, para abordar el problema de la unidad de las tres tendencias sandinista y coordinar el ingreso al país de los miembros de la Dirección Nacional que estaban en el exterior.

En 1977 viaja nuevamente al exterior con el fin de ampliar la proyección internacional de la revolución nicaragüense. Ante la feroz persecución en el país que venía desarrollando la guardia somocista, Federico se traslada con un grupo de compañeros a  Honduras, para entrenarlos militarmente. 

El 4 de mayo de 1977 organiza ataques y emboscadas a la guardia somocista en Estelí, León, Chinandega y Managua. Además organiza ataques a los cuarteles de Ocotal, San Carlos y Masaya, logrando con estas acciones confirmar a nivel nacional e internacional la hegemonía sandinista.

En junio de 1975, Federico es ratificado como miembro de la Dirección Nacional en reconocimiento a su heroíco y valioso  trabajo realizado. Federico había creado una escuela conspirativa en las filas del FSLN, y una las primeras redes de comunicación de la organización a nivel regional.

Su aporte a la formación ideológica de los militantes se reflejaba en varias de sus obras escritas, publicadas en folletos  que circulaban a lo interno de la organización revolucionaria. Para el año 1978, Federico funcionaba como primer responsable de la ciudad y el campo, era constante su presencia activa y firme en diversos lugares del país, dando orientaciones a los compañeros. 

El 17 de Octubre de 1978,  se dirige a una reunión en lugar conocido como “Los Altos”, entre Masaya y Tipitapa. En el trayecto un retén de la guardia somocista detiene su vehículo. Federico con su audacia y combatividad que le caracterizaba,  sale del vehículo y se atrinchera en un paredón, disparando su revólver, hiriendo mortalmente a un guardia y se entabla un intercambio de disparos, hasta que cae abatido por ráfagas de ametralladoras.

De esta manera perdió el FSLN a un dirigente, activista y organizador, que se entregó por entero a la causa revolucionaria, creando el eslabón adecuado para el triunfo del pueblo nicaragüense, sobre la oprobiosa y sanguinaria dictadura somocista.

“Los Sandinistas sabemos ser fieles a las enseñanzas y ejemplos de los tan valiosos, heroicos e inolvidables hermanos caídos y sabemos luchar contra la explotación capitalista, la dictadura somocista y el imperialismo gringo hasta tener una Patria Libre o Morir. La Política de la Verdad, es la Política de la Revolución. No habrá fuerza técnica ni humana capaz de detenerlo”.   Pedro Aráuz Palacios “Federico”.

 

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