Los que conocieron a Carl, o Carlos Rigby, como indistintamente se le recuerda en Bluefields, pensaban que de adulto sería un astronauta.

Con la voz entrecortada, sea por los nervios, o sea por los recuerdos que carga en el corazón y empiezan a humedecer sus ojos, Miss Erna Narciso, recuerda su infancia.

Narciso es también poetisa. De niños fueron compañeros de escuela, en el colegio Moravo de Bluefields, y afirma con orgullo que su compañero de clases fue el popularizador del ‘Mayo Ya’, el tan colorido y famoso festival de la fertilidad que ya todos conocen en el Pacífico.

“Al contribuir él al cambio del nombre del Palo de Mayo a Mayo Ya, estaba tratando de lograr el efecto de que la celebración del Palo de Mayo no solamente fuera una celebración de un grupo étnico, sino que fuese una celebración de todos los grupos étnicos de la Costa Caribe, es decir una fiesta de toda la población con independencia de su origen étnico”, dice en un inglés creole bien articulado sobre el objetivo de Rigby, y que como ya anticipé, consiguió con éxito. 

Hombre de gran capacidad

Un hombre delgado de espíritu liviano y con facilidad de palabra, fue habilidoso en el básquetbol pero también uno de los estudiantes más inteligentes. Así lo recuerda Miss Erna.

“Era una persona un poco rara. Siempre estaba caminando, caminaba en las calles mirando hacia el cielo, mirando las estrellas. Era un hombre muy inquieto, pero con una inteligencia bastante fina. Se le notaba a él desde su juventud que iba a ser un hombre con bastante capacidad", describe.

"Por su forma de ser, tanto yo como las personas que éramos sus amistades creíamos que Carlos Rigby iba a ser un astronauta, o un estudioso de la astrología, porque le observábamos esas virtudes, ese pensamiento elevado de estar siempre pensando en el cielo y las estrellas”, rememora con cariño.

Auténtico costeño

Johnny Hodgson, secretario político de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, asegura que Rigby es uno de los máximos exponentes de la cultura Caribeña, quien junto a otros como June Beer, Lizandro Chávez y David Mcfield, han puesto muy en alto el nombre de la Costa Caribe en el resto de Nicaragua y el mundo.

Para Hogson, la huella de este personaje fue marcada no solo por el peso de su obra, sino también por la influencia que tuvo en una diversidad de campos, incluida la causa revolucionaria.

“Nosotros reconocemos el valor de Carl Rigby. Carl Rigby es un auténtico costeño nacido en Laguna de Perlas, vivió aquí (Bluefields), vivió parte de su tiempo en Managua y bueno murió, pero dejó mucho para el pueblo”, asegura el político dibujando una sonrisa de orgullo en su rostro.

Según Hogdson, la figura de Rigby puede ser tomada como modelo. Su alegría característica y otras de sus cualidades podrían ser asumidas por cada costeño para que su legado permanezca.

Un hombre muy alegre. Carl Rigby, cuando nosotros lo recordamos, lo recordamos así, como un hombre alegre, pero también como un buen escritor. Si usted mira los poemas va a aprender mucho y va a conocer la Costa Caribe, pero también solo leyendo los poemas de él, usted también puede comenzar a reflexionar para tratar de ser un revolucionario”, asegura el líder político.

Casa Museo

Franklin Brooks, es el presidente de la asociación de poetas y escritores de Bluefields. Este hombre también ampliamente versado en letras, atesora el hecho de que Rigby cuente con una casa museo en la cabecera del Caribe Sur.

Es un inmueble construido hace unos 200 años, mayoritariamente con madera, y que guarda el estilo de la época.

La edificación, que fue abatida por el trágicamente recordado huracán Juana en el año 1988, renació ya bautizada con el nombre de Carl Rigby.

“Se está haciendo una gran contribución (con la creación del museo y el reconocimiento que se le ha devuelto) a la promoción de lo que representa las virtudes artísticas del poeta Carlos Rigby. Es una forma de promover, de conservar, de dar a conocer la producción poética de Carlos Rigby, y también de proyectarlo como un orgullo local”, comenta.

Casi anónimo por su oralidad

Rigby, según recuerda Brooks, terminó de formarse en el Pacífico y se le clasificó como “un poeta oral”.

“Él declamaba su poesía más que escribirla. De tal manera que cuando nosotros lo teníamos aquí en Bluefields él declamaba su poesía en los colegios, lo declamaba a través de la radio, pero nunca teníamos, o muy pocas, oportunidades de poder leer la poesía de Carlos Rigby”, recuerda.

De esta manera, se lamenta que no exista una fuerte influencia de Rigby en los escritores actuales, por no tener su obra documentada en papel.

“Hasta hace pocas semanas, que se editó por primera vez el primer poemario de poesía de Carlos Rigby, es que nosotros la estamos dando a conocer y ya en los colegios, ya los jóvenes la pueden leer, no solamente escucharla. Pueden leer y vamos a saber dentro de algún tiempo si va a haber influencia en la juventud sobre cómo Carlos Rigby hacía su poesía”, opina.

La forma de Rigby

Hablar precisamente de la forma de Rigby, es hablar de una forma que se hacía notar.

Era un hombre de amplios sentires, de hacer fluir su pensamiento y emociones a través incluso de su propio cuerpo. El costeño se convertía él mismo en un significante, y dejaba a quien lo escuchaba, libre de otorgar el significado de lo que había oído o querido oír.

Surgido de una familia con recursos económicos escasos, autodidacta en el arte de forjar cualidades artísticas, se hizo notable gracias a su muy particular estilo.

“Todo mundo, o al menos en el mundo de los que escriben poesía, sabemos que Carlos Rigby deformaba las palabras y construía palabras nuevas con un sentido determinado. ¿Qué sentido? Con el sentido de que el que escucha hubiera querido darle. Entonces él es creador por así decirlo, creador de una forma de escribir y de declamar novedosa", aclara Brooks.

"Para nosotros era muy agradable verlo a él declamando como decía la poeta Erna Narciso. Cuando él leía temas de animales y tocaba temas de animales, él no solamente siseaba los sonidos que hacen los animales que él mencionaba, sino que también caminaba como ellos”, recuerda el representante de los literatos costeños.

Alta carga social

Brooks tiene memorias de Rigby, tanto reptando sobre las tarimas, como pronunciando poesía cargada de alto contenido social.

“Denunciando el poder de los ricos, la explotación de los pobres, la marginación social, la marginación étnica, la marginación económica y el tiempo que él le tocó vivir antes de 1979 (año del triunfo de la Revolución Popular Sandinista) esta era una poesía que prácticamente un instrumento de lucha contra el sistema que él tocó vivir antes de 1979”, asegura Brooks.

Su intelecto y sentido de pertenencia con el pueblo, llevó a Rigby a exponer incontables veces su vida, siendo perseguido por el somocismo, quien llegó a masacrar a familias enteras solo por contar entre sus pertenencias con poemas del rimador.

Su obra hoy es reivindicada por el sandinismo y estudiada por su propio pueblo. Rigby, desde el cielo, seguramente clava la mirada a la tierra donde nació para inspirar el palabrario que ha de recitar incansablemente en honor a su gente

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