Todo el que visita el archipiélago de Solentiname, más que comprar una artesanía o una pintura, quiere conocer a los protagonistas de las maravillosas creaciones y aprender sobre su elaboración, pues son obras de arte que han trascendido las fronteras de Nicaragua.

Llegamos a Mancarrón, una de las islas de Solentiname, ubicada en el Gran Lago de Nicaragua, donde sus habitantes, con manos bendecidas y creativas, dan forma a la artesanía en madera de balsa, convirtiéndola en el principal dinamismo económico de la zona.

Una de las actividades más llamativas para los turistas es "artesanos por un día", donde los visitantes intentan elaborar artesanías inspiradas en la flora y fauna del archipiélago.

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Aquí encontramos al artesano José Francisco Peña, de 51 años, quien junto a su familia elabora piezas que son adquiridas por turistas extranjeros procedentes de los Estados Unidos y Costa Rica.

Las gallinas, tucanes, venados, monos, cusucos, guardabarrancos, búhos, garzas, pato aguja, pato chancho, garza morena, garza tigre, gallos, perezosa, peces y tepezcuintle, son parte de los más de 150 diseños de artesanía en madera de balsa que elabora don Francisco, inspirado en la fauna que habita en Solentiname.

Para elaborar estas creaciones, antes usaban una plantilla, pero la experiencia de más de 27 años le ha permitido a este artesano hacer los diseños con tan solo un cuchillo bien afilado, que le ayuda a tallar o dar forma a cada pieza.

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En el taller trabajan 6 personas, entre ellos su esposa e hijas, para hacer el proceso de tallado, lijado y pintura.

Este artesano, que aprendió este trabajo a la edad de 20 años, contó que el proceso para elaborar las artesanías, inicia adquiriendo la madera del árbol de balsa que se siembra en la isla, y proporciona una madera de textura suave y liviana.

Al tener la madera rústica, la ponen a secar al sol, la procesan y curan, luego la lijan, agregan una pintura de base acrílica, luego se vuelve a lijar, se le da el acabado o tallado con el cuchillo y pasa al lijado fino y pintura. El tiempo de elaboración de cada pieza depende de su tamaño.

Una pieza de artesanía en madera de balsa puede encontrarla a precios que varían desde los 70 córdobas hasta más de 200 dólares, dependiendo de su tamaño, y diseño. En este taller también elaboran servilleteros, espejos de tortuga, espejos de piña, aretes y llaveros.

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La energía y la seguridad jurídica llegó para quedarse

Sentado en un tronco de madera y terminando de tallar lo que será un búho, don Francisco relató que el gobierno les llevó la energía eléctrica con paneles solares. “Estamos beneficiados toda la comunidad y a nosotros nos ayuda, porque si nos toca trabajar de noche, lo hacemos”, explicó.

El gobierno sandinista también garantizó seguridad jurídica, porque estas familias de la isla recibieron su título de propiedad. “Contamos con nuestro título y estamos alegres y le agradezco al Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo, ahora tenemos energía, títulos y eso nos hace sentir tranquilos y agradecidos”, agregó.

Doña Jamileth Ponce Velázquez, esposa de José Francisco, llegó a Solentiname en 1989 y hoy, resalta el desarrollo de la isla. "El poder tener mi título de propiedad fue una gran alegría, al sentirnos más seguros, además de la instalación de paneles para avanzar en nuestro trabajo, así que podemos ver cómo vamos avanzando en desarrollo y progreso gracias al gobierno y sobre todo la promoción del turismo, el apoyo y acompañamiento a los artesanos”.

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En el Mancarrón también conversamos con Melania del Carmen Jirón, otra de las artesanas más famosas de la zona, quien asegura que el trabajo de Solentiname es llamativo, porque todo es a mano y se hace a punta de cuchillo y machete.

Esta mujer tiene 33 años de vivir en su hogar, heredado por su mamá y ahora se siente segura con su título de propiedad y de ser protagonista del programa de electrificación por medio de paneles solares.

“Los paneles nos cambiaron la vida, porque a veces comprábamos candela, focos y ahora con los paneles, nos permite trabajar de noche y nuestros hijos hacer las tareas”, destacó.

Doña Melania vende sus productos en Costa Rica y en Nicaragua los comercializa en Masaya y Granada.

Lidia Castillo es otra artesana de Solentiname que con su artesanía “precolombina indígena”, ha llamado mucho la atención. “Me gusta trabajar con la madera de balsa, pintar, hacer rostros indígenas que trabajo desde hace más de 25 años”.

Como parte de su arte, logramos apreciar la pieza "precolombina indígena", una representación de los primeros habitantes de la isla. Esta creación concursó en San Carlos y obtuvo el primer lugar.

Doña Lidia también aprovecha la visita de turistas para ofrecer almuerzos.

Al querer saber dónde aprendió a elaborar estas piezas, dijo que esto es algo natural, que trae cada poblador de la isla.

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Paisajes plasmados en lienzo

Algo que llama la atención es ver esos paisajes que ofrece Solentiname a través de las pinturas que elaboran sus habitantes y que contienen toda la belleza escénica de la isla.

Para este recorrido visitamos la isla San Fernando, donde se encuentra la casa-taller de los artistas del archipiélago de Solentiname, que sirve como una ventana de los artistas, para promocionar sus obras.

Doña María Magdalena Pineda mencionó que en Solentiname hay alrededor de 150 artesanos y 40 artistas plásticos, y ella es una de los artistas plásticos más reconocidos de Solentiname.

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Su inspiración nació cuando se fundó la escuela de pintura en Solentiname y fue su hermana quien le transmitió la enseñanza y aprendizaje y así, poco a poco, se fue desarrollando.

Para ella, pintar la hace sentir en paz. “Puedo expresar lo que siento, lo que veo, inspirarme en la naturaleza, la realidad que vive la gente, se ha convertido en algo muy importante”, dijo.

Recordó con orgullo ser esposa del Héroe y Mártir, Laureano Mairena, con quien tuvo tres hijos.

Mencionó que en su trayectoria cuenta con casi 90 pinturas representativas, pero hay una en especial que no vendería a ningún precio, pintura a la que llamó “Sueños de paz revolucionario”.

“En esta pintura me inspiré en el paisaje, en la naturaleza y plasmando sobre todo mis sueños que cuando terminara la guerra íbamos a vivir en paz, con educación, salud, el buen vivir y yo me inspiré y por eso pinté casas, escuelas, recreación, la producción y para mí son los sueños que se han cumplido y le doy gracias a Dios y al Comandante Daniel por hacer realidad los sueños de nuestros Mártires y Héroes”, subrayó.

Elena (su nombre artístico) tiene casi 40 años de pintar y con esa pintura viajó a varios países llevando el mensaje de que Nicaragua quería paz.

¿Cómo una isla tiene una población con tanto talento en el arte?  Luego de hacer este recorrido esta interrogante es respondida de la manera más sencilla: es una rica herencia de sus ancestros, que los ha llevado a crear las más hermosas pinturas y artesanías que han viajado a diversas partes del mundo, pero sobre todo, han motivado a los turistas nacionales y extranjeros a querer conocer Solentiname.

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