El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) continúa impulsando el desarrollo de las mujeres desde sus comunidades a través de la capacitación constante, la formación de cooperativas y la creación de mecanismos necesarios para un mayor crecimiento productivo.

En la comunidad Santa Julia, en el municipio de El Crucero, Managua, se encuentra la cooperativa Multisectorial “Gloria Quintanilla”, integrada por mujeres quienes se dedican al impulso de más de 15 rubros.

“Nosotros producimos los 12 meses del año, contamos con muchos rubros y hemos iniciado a agregarle valor a las cosechas, el Inta nos ha capacitado y nos ha formado para darle valor agregado a semillas como el café, antes solo hacíamos viveros, los cortábamos y la uva se la entregábamos a terceras personas, hoy es distinto, nosotras producimos y lo transformamos para luego comercializarlo”, expresó Lola Esquivel.

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“Antes tirábamos el excedente de frutas como la pitahaya, hoy elaboramos mermeladas, con el plátano también estamos trabajando, el Inta nos ha dotado de 4 variedades, además hemos aprendido a cosecharlo, procesarlo, deshidratarlo para elaborar harina, tostones empacados y la cáscara la utilizamos para abono de otras plantaciones”, añadió.

El empoderamiento de la mujer rural es uno de los ejes del Plan de Desarrollo Humano que impulsa el Gobierno a través del Sistema Nacional de Producción, logrando que ellas sean parte activa de la economía familiar, local y nacional.

“Nos gusta ser sostenible, nuestro Gobierno nos ha dado mucha formación y ha creado programas y proyectos que nos han permitido ir aprendiendo y sosteniendo nuestros negocios. Contamos con 879 manzanas de tierras, tenemos el recurso humano necesario y las habilidades para salir adelante con nuestras cosechas, la vida de nosotras ha mejorado, física y emocionalmente, nos hemos dado un espacio para pensar en nosotras, vivir bien, vivir mejor y salir adelante”, destacó Esquivel.

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Nuevos mecanismos de desarrollo productivo

Dotar de nuevas herramientas de trabajo al sector productivo ha traído consigo excelentes resultados, como el impulso de pequeños negocios, el emprendedurismo y la práctica de la medicina natural haciendo uso de los mismos recursos con los que cuenta el productor en sus parcelas.

“Queremos que ellos obtengan nuevos conocimientos acerca de las plantas medicinales y den valor agregado a las frutas y tengan un dominio acerca de los injertos, además, toda la fruta que ellos desperdiciaban ahora la pueden utilizar para la elaboración de otros productos y así comercializarlas o consumirlas en familia”, refirió Ramón Fregoso, especialista en producción y transformación de frutas.

Cambiar mecanismos de producción tradicionales no ha sido una tarea fácil, sin embargo, el Inta trabaja en función de alternar las nuevas técnicas de producción con los conocimientos ancestrales.

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“Hemos visto productores que ya están comercializando sus productos con valor agregado, están volviéndose emprendedores, entonces ellos ya pueden elaborar otros productos y venderlos en los mercados locales y luego pueden enrumbarse hacia el mercado internacional”, refirió Fregoso.

“En las capacitaciones siempre tratamos que ellos sean participativos, den sus puntos de vista basados en sus experiencias y al final se obtenga un producto de muy buena calidad”, finalizó.

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