Este 8 de septiembre los periodistas del mundo traemos a la mente nuestro día. Unos lo hacen diciendo que no hay nada que celebrar porque se quedan en las ramas sin ser capaces de observar que lo trascendental es que somos parte de un apostolado que nos ubica en un sitial privilegiado en la sociedad y otros dando Gracias a Dios por estar vivos y por el inmenso privilegio de comunicar, de informar, de realizar que somos entre las profesiones u oficios miembros de un club especial que tiene en sus dotes hilar finamente la paz o por desgracia encender la guerra.

El Día Internacional del Periodista se celebra cada 8 de septiembre en homenaje al periodista checo Julius Fucik, quien fue ejecutado en Berlín en 1943. Su “Reportaje al pie de la horca” fue sacado hoja por hoja de la cárcel y fue publicado en 1945. El escrito ha adquirido resonancia internacional y ha sido traducido a más de 80 idiomas. Fucik recibió póstumamente el Premio Internacional de la Paz en 1950 y en Nicaragua es el centro en la rotonda hecha para nuestro gremio.

En el cercano Día Internacional del Periodista quiero saludar a todos mis colegas, no importa cómo piensen, pero decirles que, en el mundo que vivimos, ciertamente cargado de tecnologías y de inmediatez lo primero que debemos tener en cuenta es donde nacimos y que Nicaragua es nuestra única casa y que estamos llamados a invertir en ella todos los días desde una conducta ética que nadie dude está siempre bajo el escrutinio de la sociedad.

En el periodismo hay muchas palabras con las nos identifican por ejemplo verdad, objetividad, independencia, profesionalismo y seguramente otras más, pero los que tenemos algunas millas recorridas en este oficio, sabemos que eso no existe ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo, porque toda eso se terminó cuando cada uno de nosotros tomamos la decisión de ponernos una toga para juzgar a los demás y cuando decidimos, a nombre del profesionalismo, ser hoy negros, mañana blancos, después rojo y así transitar por toda la gama de colores para aplicar refraneramente aquello de que quien es verde, en cualquier rama es chocoyo, se acuerdan.

Yo creo que el principismo en el periodismo no está en la verdad porque tiene varias caras y la que terminamos trasladando es la que le interesa al editor; no está en la objetividad porque su principal tranque es el interés del dueño del medio; tampoco es la independencia porque está no la tiene ni el propio dueño del medio y menos aún en el profesionalismo porque quien recibe nuestro producto es el primero que nos lo cuestiona por muchas razones.

Desde mi punto de vista y no significa que tenga la razón, pudiera estar equivocado, pero para mí el periodismo realmente principista es profundamente ético y ser ético es realizar que si lo nuestro es un apostolado no podemos los que andamos en este oficio convertirnos en combustible sobre la hoguera, no mentir, no fomentar el odio, no echar a pelear, no inventar, no tergiversar los términos, llamar a las cosas por el nombre y significado que tienen y no imponernos confundir a la gente que es lo que muchos han hecho en las últimos meses sin percatarse que el daño lo han sufrido también los padres, las madres, los hermanos, los tíos y primos que tenemos como entorno inmediato.

Sobre el periodismo se han escrito muchos códigos de ética, pero el verdadero código está en nosotros mismos, en la humildad que nos concedamos porque no es cierto que nuestra profesión u oficio sea más que otras. Para empezar debemos entender que un médico, un ingeniero, un arquitecto o cualquier otra profesión conquistada a través de los años, quemándose las pestañas por el estudio, puede por añadidura llegar a ser periodistas y sin estudiarlo y lo lograrían fácilmente sin creerse más que nadie, pero entre nosotros hay colegas que se creen la última coca cola del desierto y no solo arrogantemente creen saberlo todo sino que además creen tener impunidad para hacer lo que se les ronque y ahora mismo estamos llenos de gentes así.

Estos de quienes hablo incendian al país y nosotros, amigos colegas, debemos ser apaga fuegos. Son quienes han hecho de la mentira una verdad, nadie se las compra, pero hacen daño y por eso ahora nos tiran las puertas en la cara porque el periodismo desgraciadamente ya no es ni sujeto de credibilidad ni de respeto y es un problema serio porque cualquiera con una libreta o una grabadora dice que es periodista.

Hoy el planeta supone celebrar a los periodistas nuestro día internacional, pero realmente nos lo celebra. Tengo mis dudas porque creo que tenemos una deuda con el mundo porque muy seguramente se nos ha pasado la mano al abordar temas que descontextualizados han sido mechas encendidas que han iniciado guerras o han destruido la economía globalizada que ahora predomina en nuestra tierra.

El marketing se ha convertido en el mundo en un arma asesina contra los valores éticos que deberían predominar en esos medios de comunicación a los que ahora se incorporan las redes sociales, de las que muchos, son tan sujetos activos que se han convertido en el más grande enemigo de las democracias con el agregado de que son la matriz de las noticias falsas y en las que cualquiera puede ser un periodista que crea que está informando pero en realidad lo que hace es contribuir a la deformación total y absoluta del sistema de convivencia planetario.

Yo leo mucho en las redes sociales temas que me asistan en mi línea de pensamiento y en ellas siempre encuentro materia prima para desarrollar mis temas, pero también debo decir que en esas mismas redes sociales hay muchas inconsistencias como por ejemplo cuando uno busca insumos para hablar de democracia uno generalmente se topa con recetas para tumbar democracias; cuando uno busca cómo hablar contra los incendios forestales lo que uno encuentra son recomendaciones de cómo pegarles fuego y así otras cosas que muchas veces fueron escritas por periodistas que pueden colocar sus artículos, vía red social, en cualquier parte del mundo.

Por supuesto que uno en su libre albedrío puede desechar lo que considere conveniente. Los adultos generalmente rechazamos llenarnos de basura, pero hay jóvenes que por su natural inmadurez son permeados por periodistas irresponsables que quedan a deber al mundo que habitamos porque que te sirven temas con los que crean peligrosos ambientes de confort que paulatinamente dañan al mundo y a la especie humana que perece por las guerras que se ambientan o las pestes que creamos.

Recordar que el próximo 8 de septiembre es el Día Internacional del Periodismo es también homenajear la caída en el ejercicio de su apostolado de una gran cantidad de colegas que perecieron o fueron asesinados por verdugos y enemigos de la verdad. Ante cada uno de ellos debemos redoblar compromisos para honrar esta profesión u oficio porque ante cualquier riesgo nuestro fuerte siempre deberá ser la construcción de un mundo habitado por la paz y el amor.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.