Acompañado de feligreses, tradicionalistas y promesantes, este 10 de agosto Santo Domingo de Guzmán regresó a su iglesia en las Sierritas de Managua.

Como ya es tradición, la alcaldesa de Managua, Reyna Rueda; el vicealcalde, Enrique Armas, y la secretaria del Concejo, Jennifer Porras, lo esperan en la Morita para saludarlo y cargarlo al son de música de chicheros.

Este año el lema de los cargadores fue "Con Santo Domingo de Guzmán... oramos con devoción".

"Estamos trabajando de forma armoniosa para que las familias disfruten estas fiestas tradicionales de Managua en paz y en armonía, esto tiene que ver mucho con el acompañamiento de la Policía Nacional, De la Cruz Blanca, del Ministerio de Salud, nuestra Alcaldía a través de los diferentes distritos, para ver y disfrutar en paz y en armonía en un país donde se brinda el apoyo incondicional a las fiestas tradicionales, no solo de Managua, sino que a nivel nacional", expresó la alcaldesa.

"Podemos decir que esta despedida fue grandiosa para nuestro Santo patrono que va hasta la Sierrita, a su casa y mañana lo subimos a su nicho y eso es parte de la paz que respiramos en nuestro país y del apoyo incondicional del comandante Daniel y nuestra vicepresidenta la compañera Rosario", aseguró la alcaldesa Reyna Rueda.

Por su parte, el comisionado general Francisco Borge, comentó sobre el orden y la seguridad que se vivió en este día.

"Hemos estado en la vela del barco, en el arco, el palo lucio, las vacas culonas y todas las actividades se desarrollaron en un ambiente de orden, tranquilidad y de mucha participación. No tuvimos ningún incidente relevante y desde hoy en la madrugada venimos acompañando al pueblo para traer al Santo hasta la Sierrita y tenemos un gran número de efectivos policiales que han hecho una gran labor para la seguridad de las familias", aludió.

Son miles los promesantes que caminan por 12 horas para pagar sus promesas. Las fiestas de Santo Domingo son de las más concurridas, coloridas y folklóricas.

"Vengo desde Mateare a pagar promesa porque este Santo es milagroso. Yo me vi en la muerte cuando tuve a mi hijo y le pedí que me salvara, y lo salvara a él y los dos sobrevivimos, por eso desde hace once años bailo con una pequeña imagen de minguito", dijo Matilde Granera.

"Me siento emocionada y cansada, pero feliz porque logré caminar desde la rotonda Centroamérica hasta la Sierrita para dejarlo a mi Santo, que tanto quiero porque él me escucha y no deja que caiga en desgracias. Acá estaré el próximo año cumpliéndole, así como él me cumple a mí y que Viva Santo Domingo de Guzmán", apuntó Carlos Daniel Centeno.