El Presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega, expresó que estamos en el mes de diciembre, un mes de celebración aquí en Nicaragua en donde se ha celebrado y conmemorado a la Virgen María. ¡María de Nicaragua, Nicaragua de María! y hemos gritado: "¿Quién causa tanta alegría?", y el pueblo se ha desplazado por todos lados con alegría, con tranquilidad, con solidaridad.
Además, se ha conmemorado también a la virgencita de Guadalupe, que tiene el cariño también del pueblo nicaragüense, señalando que los hermanos cristianos de diferentes iglesias evangélicas también han hecho sus propias celebraciones, porque aquí cada quien tiene derecho a celebrar y a honrar sus principios religiosos.
Agregó que esto de que venían los buses para esta fecha, nunca se pensó ni se trabajó en traerlos para estos días, simplemente eso fue un cálculo que hicieron los técnicos, los especialistas, a ver cuándo pueden estar estos 400 buses para llevarlos a Nicaragua.
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“Hicieron cálculos y todo. Nadie pensaba en esta fiesta, y fíjense, podemos decirles que en estas fiestas, donde está el nacimiento de Cristo también, Cristo Jesús, en estas fiestas de Navidad, el Dios de todos los habitantes del planeta Tierra, independientemente de la religión, hay un Dios y el Dios le ha traído al pueblo nicaragüense de la mano del pueblo de la República Popular China este nuevo regalo al pueblo nicaragüense”, indicó.
El mandatario mencionó que esta entrega de los buses coincide con el nacimiento de Camilo, su hermano menor.
“Camilo ya no nació en Chontales, porque yo todavía nací en Chontales, allá en La Libertad, y ¿por qué? Porque mi padre había nacido en una comarca de la rinconada ahí en Masatepe. Su madre era una cocinera, en una ranchita de piso de tierra, echando tortilla, vendiendo cuajada, queso, no sé cómo hizo, pero logró llegar hasta el Sexto Grado. Luego empezó a buscar trabajo y llegó a trabajar en Granada en una farmacia y él aprovechó ahí para leer, para cultivarse y en esa época estaba la fiebre del oro en Chontales, en La Libertad, Chontales, Santo Domingo, en todos esos pueblos y tanto los ricos iban para allá para montar sus empresas y explotar el oro, como también los que no tenían trabajo iban para allá buscando cómo conseguir trabajo y ahí mi padre se fue para La Libertad a buscar trabajo y le dieron trabajo en una de las minas. Ahí conoció a mi madre, que era nacida en La Libertad, y tuvieron una niña, mi hermana mayor, en condiciones lógicamente de pobreza y esta fiebre que ataca constantemente y que sigue atacando, y que hay que cuidar a los niños y adultos. A los 5 añitos, yo no logré conocerla, yo no había nacido, pero conocí su foto, una foto que le habían tomado en las calles empedradas de La Libertad. La niña de 5 añitos falleció. Luego vino otro hijo, un varón, y empezó, pues, el niño a crecer y a padecer también de los mismos males que padece la niñez y más en situaciones de pobreza, y ya a los 4 años falleció también; los dos hermanos mayores míos están ahí enterrados a la entrada de La Libertad en el cementerio, la muchachita Germania y el varón Silfrido, los dos niños quedaron ahí”, compartió.
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Y prosiguió diciendo: “Pero tenían necesidad del trabajo ahí y se mantenían en La Libertad y de repente salí yo, salí yo y ya Dios quiso que sobreviviera, porque a como iba la cosa era para que yo también, y ya con el tiempo en condiciones muy difíciles buscando un poco más. Yo recuerdo que mi madre soñaba con una casita, pero no había para la casita y entonces alquilar, alquilar cuartos y se trasladaron a Juigalpa. En Juigalpa, en el cuarto también, ahí dormíamos en ese momento mi padre, mi madre, yo. Dormíamos en tijera y en Juigalpa nació Humberto y después en Juigalpa nació también otra mujercita, que mi padre, para reponerle el nombre de la que había fallecido, le puso también Germania y ya éramos una familia, pues, de tres hermanos, Germania, Humberto y yo, más mi padre y mi madre. Y luego, como las condiciones seguían siendo bien difíciles. Para una familia pobre cuando anda emigrando de un lado para otro no es fácil y decidieron venirse aquí a Managua”.
"Cristo me llevó a luchar"
Asimismo, el Presidente Ortega continuó relatando: “Mientras tanto han pasado dos eventos, antes de que ellos se conocieran en La Libertad, a mi padre lo habían echado preso porque estaba con el General Sandino y habían ordenada ya asesinarlo, pero mi padre era muy firme y al final de cuenta como el abuelo de mi padre había sido profesor, director, entonces él ayudó a que no lo mataran y ya mi madre viviendo en La Libertad tenía un novio en Juigalpa, el de Juigalpa se fue para Costa Rica y se escribían y se escribían, a veces escribían palabras en clave, un juego de muchachos, de jóvenes, pues normal, pero la Guardia revisaba la correspondencia y cómo encontraron las cartas con palabras en clave, inmediatamente mandaron a echar presa a mi madre allá a La Libertad y la trajeron de La Libertad en carreta hasta Puerto Díaz, en Puerto Díaz, en lancha y después a Granada y después de Granada a Campo Marte para interrogarla creían que habían descubierto una gran conspiración y no había tal conspiración”.
A la vez agregó: “Mi padre siempre sí, martillando con sus principios revolucionarios, sandinistas y nosotros escuchándolo. Nosotros solo escuchábamos y eso nos fue formando conciencia, pero además ellos eran cristianos y hablaba mucho de Cristo y ahí fue donde al oír hablar de Cristo yo me convertí en un admirador de Cristo y de manera subconsciente me estaba convirtiendo ya en un revolucionario, porque para mí Cristo era alguien realmente extraordinario, porque andaba ahí visitando a los pobres, ayudando a los pobres, curando a los pobres. Cristo no andaba con grandes vestimentas, Cristo no pidió que le construyeran un palacio como el que hay en el Vaticano, nunca pidió Cristo un palacio, nació en una ranchita humilde y vivió en las casas de la gente del pueblo y ahí nació mi sentimiento revolucionario. No fue porque hubiese leído o conocido otras experiencias revolucionarias, sino por lo que significaba Cristo. Cristo me llevó a luchar y a comprometerme después con la lucha de Sandino y a comprometerme con la lucha del Frente Sandinista”, sostuvo.
"Y ahí también, Camilo, igual de la misma manera y Humberto, o sea, no fuimos a inscribirnos a ningún partido, para convertirnos en revolucionarios, sino que así pasó y de repente mi padre cuando nos vio que andábamos ya hablando, nos empezó a llevar a unas manifestaciones que habían aquí, cuando habían asesinado a unos dirigentes estudiantiles allá en León y en esas manifestaciones pues venía la guardia con garrotes, con balazos matando gente y nos fuimos forjando", contó.
Añadió que "retornando un poco, vivimos en Juigalpa un tiempo, de Juigalpa nos trasladaron en Managua, aquí en Managua bueno, buscó mi padre dónde alquilar un cuarto y lo alquiló, encontró un cuarto aquí en los alrededores del estadio de béisbol Stanley Cayasso, el estadio viejo, antiguo por ahí y lo que son las ironías de la vida, el dueño de los cuartos le había puesto el nombre de Colonia Somoza, ni nos percatamos nosotros de eso, mi padre simplemente buscó el cuarto, encontró el cuarto, lo alquiló, 50 pesos, eran cuartos que tenían una salita y después el cuarto donde estaban dos, tres tijeras para dormir, un lavatraste, un alambre para colgar la ropa y un baño, eran cuartitos pero de 50 pesos, en ese tiempo 50 pues pesaban".
"Y ahí no había nacido Camilo todavía y nosotros muchachos pues, Camilo nació en el 51, yo había nacido 45, o sea, en ese tiempo yo tendría 6 años, Humberto tendría 5 años, la hermana tendría 3 años, entonces, llegó un momento donde nos llamaba la atención que veíamos que entraba todas las tardes, ya por las noches una señora con un trapo en la cabeza toda envuelta, entraba y la salita y el cuarto estaba dividido por unas cortinas, no había puertas sino cortinas, entonces la señora abría las cortinas y entraba, nosotros el misterio, ni preguntábamos qué andaba haciendo la señora, hasta que en día de tantos empezamos a escuchar los gritos de Camilo, porque mi madre a todos nos tuvo de forma natural, con parteras, tuvo seis hijos con parteras y a Camilo la señora esa que no sabíamos quién era, era la partera que llegaba a atenderla y es la que al final le cubrió el parto y todo salió bien gracias a Dios", recordó.
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Refirió que "y las ironías de la vida, Camilo naciendo en un cuarto de la Colonia Somoza. Y luego integrándose en la lucha, estudiando, porque estudiábamos, pero ya integrados en la lucha, primero con el Frente Estudiantil Revolucionario, luego con la Juventud Patriótica y cuando ya apareció, cuando se funda el Frente Sandinista, entonces ya con el Frente Sandinista de Liberación. Fuimos todos para allá; Camilo era el menor, pero bueno, si fuésemos por razones biológicas diríamos que los primeros que tienen que morirse son los viejos, pero no es así".
"Y Camilo luchó por la unidad y eso se lo reconocieron compañeros que no estaban de acuerdo con la unidad, pero cuando Camilo recibió armas, él nos comunicó que le estaban pidiendo armas los compañeros de otro grupo y que pensaba que era bueno dárselas, porque eso nos iba a permitir unirnos más y eso hizo, les entregó las armas y eso fortaleció, y por eso a Camilo, Comandante Revolucionario, le llamó el pueblo y el sandinismo el Apóstol de la Unidad", concluyó.