El sandinismo cumple 39 años de seguir convirtiendo la oscurana en claridad. La orden del comandante en jefe Carlos Fonseca Amador: “También enséñales a leer” ha venido siendo cumplida sin importar cualquier adversidad.

El profesor Orlando Pineda, quien a la vanguardia de un batallón de jóvenes comprometidos con llevar el pan del saber a las clases sociales, afirma que a pesar de que el dato oficial dice que Nicaragua durante la dictadura somocista se encontraba con un 52% de analfabetismo, la realidad era otra.

El Quijote de la Alfabetización recuerda que solo en Río San Juan, primer municipio declarado libre de analfabetismo por la revolución, el índice era de 96% de personas analfabetas, además de otras regiones como el Caribe Sur con un 78% y el Caribe Norte con un 88%, hacen valorar que el nivel de analfabetismo heredado por la dictadura militar somocista sería de más o menos 64%.

No andés creyendo sí, que eso era algo natural. Era una estrategia del capitalismo, una estrategia de Somoza para apoderarse de todas las tierras nicaragüenses y para apoderarse también de todo lo que eran las zonas empresariales, etc, etc”, refiere.

Pineda no solo celebra como logro el disminuir con la gran Cruzada Nacional de Alfabetización de 64% al 12.9% sino también despertar el ánimo en la juventud en seguir luchando.

Porque todos los jóvenes encantados, a la hora de regresar a Managua, donde estaba la dirección nacional esperándonos, los ojos de los jóvenes vinieron totalmente distintos, con alegría, con ánimos. Claro, allá atrás (en las montañas) habían hecho una labor no solamente humana, sino también una labor de cariño, de ternura. Se había encontrado la ciudad con la montaña”, cuenta.

Pineda asegura que ningún pueblo se puede desarrollar si es un pueblo iletrado y es precisamente que alfabetizar a los nicaragüenses fue un proceso que nunca avanzó hasta antes de la Revolución.

Con la llegada de los gobiernos neoliberales, sin embargo, este logro se vio disminuido. Las políticas habían cambiado radicalmente y los pobres nuevamente habían dejado de ser protagonista.

Todos los que estaban involucrados en la educación y la alfabetización al perderse las elecciones, ese ministerio pasa a manos de doña Violeta y seguir luchando por la alfabetización sin salario era duro para ellos”, recuerda.

No obstante, el sandinismo continuó sus esfuerzos, a pesar de no tener los medios y es por eso que el nivel de analfabetismo no siguió bajando más.

¿Teníamos que decir ‘aquí se terminó la gran Cruzada Nacional de Alfabetización’? ¿Aquí se terminó la alfabetización de los pueblos? ¿Aquí se termina todo? No. Había que levantar entonces la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional para continuar por la alfabetización en este país, sencillamente porque había que guardar el legado de los héroes y mártires caídos por la revolución, para continuar lo que habíamos prometido”, afirma.

Al regresar el sandinismo al poder, Pineda y los jóvenes recobraron la alegría.

El programa Yo Sí Puedo fue uno de los impulsados nuevamente por el sandinismo y gracias al apoyo solidario de Cuba con la donación de 5 mil televisores, 5 mil VHS y medio millón de cartillas.

Empieza una euforia, yo diría, una nueva Cruzada Nacional de Alfabetización, pero no con nosotros, sino con jovencitos que no habían nacido en aquel tiempo pero que ahora ellos retomaban la alfabetización del Yo Sí Puedo, para hacer lo que nosotros habíamos hecho”, celebra.

El profesor Pineda refiere que en Nicaragua el proceso de alfabetización incluye también conciencia sobre salud, medioambiente e incluso el uso de tecnologías.

Actualmente el país tiene solo un porcentaje mínimo de personas analfabetas y el reto incluye además hacer que estas personas lleguen hasta el cuarto grado de primaria y estudien carreras técnicas de campo para aumentar la productividad del país.

La alfabetización continúa hoy en las comunidades indígenas más alejadas y la enseñanza se imparte en lenguas originarias.

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