El destino tuvo la idea de hacer del 13 de agosto una fecha especial para Latinoamérica y el mundo. Es el día, en el que nacen el comandante Fidel Castro Ruz (en 1926) y el comandante Tomás Borge Martínez (en 1930).

Eran dos visionarios, líderes revolucionarios imbuidos en un gran sentido de dignidad y valores humanos, que luego, se verían multiplicados en miles de jóvenes que darían triunfo a dos de los procesos históricos más importante de la historia en esta región.

A pesar de que ya ambos han trascendido a la inmortalidad sus pensamientos siguen vigentes, tanto como cuando fueron fundados sendos procesos revolucionarios inaugurados por ellos.

Carlos Fonseca Terán, hijo del comandante Carlos Fonseca Amador, fundador junto a Tomás del FSLN, recordó que ese pensamiento originario debe ser estudiado.

Hay que hacer mayores esfuerzos para divulgar su pensamiento, la sabiduría, la visión de Fidel con respecto al mundo y con respecto a la propia Cuba”, refirió en cuanto a la magnitud del cubano.

Homenaje a la lucha colectiva

Al respecto señala que el homenaje que se le debe a los personajes tiene que ver con las cosas en común, pero también aquellas que los diferencian y que son a la vez virtudes que los hacen acreedores del honor que debe brindársele a la historia de lucha.

El tributo que se les rinde sin embargo, se traduce nada más a sintetizar en sus figuras a todas aquellas generaciones de hombres y mujeres heroicas que echaron a andar los procesos libertarios.

Porque sin eso no somos nada, perdemos la identidad, perdemos la fuerza que tenemos. Si no conocemos la historia, si no la estudiamos, si no aprendemos de la historia estamos condenados a repetir errores, además que por elemental sentido de gratitud es necesario que nosotros nunca olvidemos a los que dedicaron su vida entera y se destacaron y sobresalieron y se convirtieron así en ejemplos, es decir, en representativos de muchos revolucionarios”, manifestó.

Tomás conquistó el mérito de vivir

Para Carlos Fonseca Terán el revolucionario nicaragüense destacó, a pesar de que puede enumerar una gran lista de triunfos, que una de sus mayores conquistas fue sobrevivir a la lucha insurreccional, la guerra de liberación y la guerra de intervención impuesta tras el triunfo.

Tomás logró superar con creces la estadística de una persona que ingresaba a la lucha clandestina. Un revolucionario tenía en promedio nada más 6 meses tras su enlistamiento debido a la cruel cacería desatada por la dictadura más sangrienta de Latinoamérica.

Destacó de Tomás, sus dotes para la poesía y la escritura, por los cuales tenía mayor facilidad para expresar sus ideas.

Por ejemplo hay un libro de Tomás que es muy importante, que narra, es un testimonio de la lucha del Frente, con la particularidad que es un testimonio de alguien que vivió toda la lucha desde la fundación hasta el triunfo en 1979”, señaló.

Un grano de maíz 

Una obra destacable y que rescata aquella relación histórica es precisamente un grano de maíz. Tomás titula esta obra basándose en la frase de Martí “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.

Se trata de una entrevista, hecha por Tomás a Fidel. “Tomás finaliza ese libro diciendo que sentía como que había estado conversando con un grano de maíz. Porque como decía Martí que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, Tomás consideraba que Fidel tenía toda la gloria del mundo”.

Es en esta fecha, en la que se puede apreciar con más claridad la silueta de estos gigantes en un contexto en el que la dignidad sigue siendo el arma más potente de los pueblos.

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