En la celebración del 40 aniversario de la Revolución Sandinista en Managua, Nicaragua, fue evidente la oportunidad inspiradora de la lucha del pueblo nicaragüense. Patrocinadores de la dictadura de Somoza que una vez aterrorizaron al pueblo y partidarios de los actuales bandos que intentan desestabilizar el país, el imperialismo estadounidense atenta contra al pueblo y la soberanía de Nicaragua con un objetivo bien conocido: crear un caos para derrocar al gobierno sandinista y dominar el país.

Las grandes multitudes en el 40 aniversario de la Revolución Sandinista dejan clara la determinación del pueblo y su gobierno de permanecer libres, construyendo soberanamente la paz y el progreso social. La celebración llena a los participantes e invitados de inspiración, en el espíritu de lucha, resistencia y construcción.

El 19 de julio de 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) triunfó en esta nación revolucionaria, derrotando a la sangrienta dictadura de Somoza y devolvió su destino a su pueblo el destino, para dedicarse a la inclusión social y al desarrollo nacional. Desde la lucha del héroe Augusto Sandino, el "General de Hombres Libres" que lideró un valiente ejército campesino, el imperialismo estadounidense ha demostrado ser el enemigo del pueblo nicaragüense, así como de otros pueblos de América Latina y el Caribe.

La lucha de Sandino contra la ocupación de los Estados Unidos inspiró esta revolución patriótica y popular que entonces celebramos en Managua y en diversos otros lugares donde las fuerzas de solidaridad comprenden los desafíos esta lucha continúa enfrentando.

La familia Somoza no sólo contó con el apoyo de los Estados Unidos, sino como este mismo país apoyó después a los "contras" en su ofensiva a la revolución, un apoyo criminal reconocido, violador del derecho internacional, como opinó  la Corte Internacional de Justicia, a favor de Nicaragua  y contra los EE. UU. en 1986. Aquella fue una táctica baja que el imperialismo estadounidense utilizó y que sigue utilizando, aunque de una manera aparentemente nueva, con nuevos golpes y operaciones de desestabilización. 

Como el progreso soberano de las naciones no es de interés  de los Estados Unidos, este país no mide consecuencias para impedir el curso progresivo, libre de sus botas. Con el reforzado impulso imperialista fortalecido en América Latina y el Caribe, estamos delante de renovados e cada vez  más peligroso desafíos.

La oposición patrocinada por Estados Unidos en varios países asume un carácter conservador y reaccionario virulento, que amenaza las más importantes conquistas democráticas de las últimas décadas, después de la devastación de nuestras sociedades, economías e instituciones políticas y judiciales por parte de diferentes dictaduras y, luego, por las políticas neoliberales. En Nicaragua, en Paraguay, en Honduras, en Ecuador, en Venezuela y Brasil, vemos variaciones en aquellas tácticas desestabilizadoras y golpes profundamente destructivos y cuyas principales víctimas son los pueblos, no las elites u oligarquías que las promueven con el apoyo de la CIA o de otras instituciones extranjeras. Estas élites antipatrióticas solo buscan recuperar el poder y recuperar sus privilegios.

Por eso, es necesario reforzar el apoyo a la lucha del pueblo nicaragüense, especialmente en el aniversario de su Revolución Sandinista, por la superación de los desafíos que enfrentados contra los intentos de golpe  y  las repercusiones desestabilizadoras del contexto que se desencadenó.

En el mismo sentido, es necesario denunciar en los más firmes términos las sanciones impuestas por los Estados Unidos y los aliados contra el liderazgo legítimo de Nicaragua, elegido por el pueblo. Las sanciones imperialistas, como vemos en Venezuela y en otros continentes, son instrumentos destructivos y agresivos con las cuales las potencias cuentan para derrocar a los gobiernos que no se someten a su agenda, verdaderos chantajes para presionar un cambio de gobierno.

Recibimos noticias del compromiso del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional dirigido por el Presidente Daniel Ortega con los diálogos y la reparación de la situación en Nicaragua para que su pueblo no sufra aún más. Nos enteramos del Programa sobre el Retorno Voluntario y Asistido de Nicaragüenses que dejaron el país en este contexto. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el programa fue rechazado por la oposición cuando se presentó en la mesa de negociación el 10 de abril de 2019, pero el Gobierno se comprometió a implementarlo, con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones.

Las mesas de negociación son impulsadas, aunque son ejercicios difíciles, para demostrar el compromiso con el diálogo y la reconciliación, como propuestas por los Acuerdos de Justicia, Reparación y Compromiso de No Repetición, para enfrentar los desafíos que el país está experimentando de forma soberana y en paz.

Las entidades solidarias con el pueblo nicaragüense en su lucha por la paz y el desarrollo social y nacional se unen para reforzar su apoyo, pidiendo el fin de la injerencia extranjera en el proceso político nacional, al tiempo que celebran junto al pueblo nicaragüense el aniversario de la gloriosa revolución

 

*Traducción de un artículo escrito por la compañera Socorro Gomes, Presidenta del Consejo Mundial de la Paz, quien estuvo participando en Managua de la conmemoración de los 40 años de la Revolución.

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