Hace un año nos reunimos en la Casa Karl Liebknecht del partido La Izquierda (Die Linke) para celebrar el triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de Julio de 1979. Hoy lo hacemos nuevamente en pro de mantener viva la llama del internacionalismo y de la solidaridad de los pueblos. Hace un año reflexionábamos sobre lo que aconteció en Nicaragua entre abril – julio 2018, un intento de golpe de estado. Aunque las pruebas de todo estaban a la vista, tuvo que pasar algo de tiempo para poderlas reunir y armar el rompecabezas de lo que ocurrió en Nicaragua.

De forma precisa se puede decir que desde 2006, año de la victoria electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional, el imperio norteamericano vino preparando las condiciones para derrocar al gobierno revolucionario presidido por el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario. Pero no solo eso, sino exterminar al sandinismo del panorama político y social de Nicaragua. Esto quedó evidenciado cuando los golpistas capturaban, torturaban y asesinaban a militantes Sandinistas.

Al mismo tiempo las redes y medios de desinformación de la burguesía y oligarquía, nacional e internacional, fabricaban noticias falsas con el objetivo de crear una opinión negativa del actuar del sandinismo. Nicaragua estaba bajo fuego, con armas de guerra y otras armas que no conocíamos, eran armas de la guerra de la quinta generación, es decir, manipulación mental a través de las redes sociales, usando la inteligencia artificial.

La burguesía y la oligarquía, en conjunto con sectores de la iglesia católica dirigieron una guerra contra el pueblo con el propósito de quitarles los derechos restituidos por la Revolución Popular Sandinista. El saldo de esa escalada contrarrevolucionaria fue de 199 muertos, deterioro de la economía, más de 100 mil despedidos en el sector de la empresa privada, etc.

Se podrían mencionar muchas cosas que hicieron los terrorista-golpistas en contra del pueblo de Nicaragua, pero como revolucionarios estamos obligados no solo a recordar lo vivido, sino a expresar que logros obtuvimos del proceso de reflexión de las adversidades. En nuestro caso se puede aseverar que nuestra ganancia fue la cohesión del Sandinismo Histórico (Guerrilleros que derrocaron a Somoza y defendieron la revolución en los años 80s) y las nuevas generaciones de Sandinistas. Cohesión que nos permitirá seguir avanzando en victorias y preservar el legado de lucha antiimperialista del General Sandino, del Comandante Carlos Fonseca, del Comandante Tomás Borge y de todos nuestros héroes y mártires que hicieron realidad este proceso revolucionario que hoy en día seguimos y seguiremos defendiendo a costa de nuestras vidas, si es necesario.

El intento de golpe de estado nos permitió como organización pasar de la teoría revolucionaría a la práctica revolucionaría. La juventud conoció de primera mano las garras del imperialismo, pero también tuvo la disciplina y vitalidad de unificarse con la historia y defender la revolución. El 19 de julio 1979 vencimos al imperialismo personificado en la dictadura Somocista. En julio 2018 derrotamos al golpismo imperialista. Nuestra victoria fue recobrar la paz para todos los nicaragüenses.

La seguridad de que el enemigo es el mismo (el imperialismo) nos mantendrá vigilantes como vanguardia revolucionaria. Desde esa perspectiva teórica-practica nuestra lealtad hacia nuestra organización (FSLN) y nuestro liderazgo revolucionario (Comandante Daniel Ortega y Compañera Rosario Murillo) son las bases de nuestras nuevas victorias en pro de la defensa de la Revolución Popular Sandinista.

¡Patria Libre o Morir!

Jeremy Cerna
Berlín, 19 julio 2019

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