En Masaya las carreras técnicas o cursos en cualquiera de sus especialidades, están provocando un cambio en la vida de la población, de esto pueden dar fe un matrimonio, de la comarca El Jocote, que estudiaron un curso de la Escuela Técnicas del Campo.
Inés de los Angeles Orozco Mercado y Pascual es un matrimonio que toda su vida la han dedicado a la agricultura, a la crianza de cerdos, animales caprinos (cabros y pelibuey) gallinas, producción de árboles frutales y de granos básicos como frijol y maíz.
Durante mucho tiempo sus conocimientos empíricos heredados de sus padres, le permitieron trabajar la tierra y cosechar lo que sembraban, la mayoría del producto era para consumo de la familia, otra parte lograban venderla en el mercado local, pero el dinero conseguido no era suficiente.
En ese andar y venir de la vida, en alguna que otra ocasión perdían sus cosechas o se les moría algún cerdito por ser mal alimentado o por no protegerlo ante las enfermedades.
Cuenta doña Inés de los Ángeles que en muchísimas ocasiones contrataban los servicios de un veterinario para asistir al parto de una cerda, para vacunarlos y otras veces requerían los servicios de ingenieros agrónomos que les ayudase a cuidar sus plantaciones, eso significa dinero, gastos que resultaban costosos para una familia de escasos recursos.
Pero esto quedó en el pasado, una característica de esta pareja de campesinos es que son luchadores, son verdaderos guerreros, a pesar de las dificultades que han tenido que enfrentar, están de pie trabajando, cosechando, criando a sus animales, eso sí, ahora con conocimientos científicos y técnicos que absorbieron gracias a los cursos de las escuelas técnicas en el campo.
Fortalecer y mejorar conocimientos, la mejor decisión
Al relatar esta historia, se me olvidaba contarles que este matrimonio ha sido protagonistas de diversos programas socio productivos que impulsa el Gobierno Sandinista, como el Bono Productivo que en su momento consistió en entrega de cerdos, gallinas, acceso a semillas criollas, entrega de árboles frutales y créditos para incentivar la producción.
En todo momento han sido apoyados por las políticas y programas que impulsa el Sistema de Producción, Consumo y Comercio, de esa manera logran conocer de la carrera de las Escuela Técnica en el Campo y se inscriben.
“Una de las primeras cosas que aprendimos del curso es que nos enseñó a ahorrar, porque antes teníamos que pagar a un veterinario por el manejo y salud de nuestros animales, en el curso nos enseñaron las técnicas para desparasitarlos, para vacunarlos y espolear a los cerdos que tenemos”, explica doña Inés de los Ángeles.
Si algo favoreció a sacar mayor provecho al curso técnico, es que la carga de clases era 70 por ciento práctica y 30 por ciento teoría, la primera de ella la exprimieron al máximo dado que en su finca tenían todo para fortalecer el aprendizaje.
“Nos enseñaron a cuidar mejor a nuestros animales, a nuestras siembras, qué técnica usar cuando es verano o cuando es invierno o qué podemos sembrar dependiendo del clima o temporada. Ahora producimos nuestro propio abono orgánico, mejoramos los rendimientos de la producción de granos básicos y algo importante aprendimos a darle valor agregado a nuestros productos”, resaltó.
Estudiar en la Escuela Técnica del Campo les ayudó a mejorar su producción, sus ingresos y su nivel de vida, en la finca de este matrimonio se produce frijol, maíz, tienen árboles frutales como mango, jocotes, nancites, aguacate y limones.
“Gracias a Dios y a nuestro gobierno en esta finca siempre tenemos que comer y si nos sobra lo vendemos al mercado, como es el aguacate, los jocotes, los mangos y los nancites. Con todo eso que logramos vender podemos mantener a nuestros hijos”, comenta doña Inés.
Valoró de importante la educación técnica e instó a sus vecinos o a otras personas que trabajan en el campo, a buscar el centro tecnológico más cercano a su comunidad y ser parte de esa educación, porque “fortalecer y mejorar los conocimientos que nos heredaron nuestros padres y juntarlos con el conocimiento científico ha sido la mejor decisión que hemos tenido como familia, nos hizo cambiar nuestra manera de pensar, porque algunos que tienen sus parcelas o sus pequeñas fincas piensan que ir a estudiar es un perdida de tiempo, dicen ir un día es perder un día de trabajo, pero ese día hoy lo ve como que perdí, pero mañana vamos a ganar, porque gracias a lo que aprendí en la escuela de campo, yo ahora no pagó a un veterinario, puede sembrar mejor y produzco más, entonces eso es ganancia para la vida”.
Aprovechar las oportunidades que brinda el gobierno
El esposo de doña Ángeles, don Pascual Potosme dijo que recibir los estudios fue una decisión acertada, porque todo lo aprendido lo ponen en práctica todos los días y tienen el sustento de su familia, eso es lo más importante.
“Aquí producimos huevos, tenemos carne para comer, producimos maíz, sembramos yuca, quequisque, hemos diversificado nuestra producción y la hemos aumentado y gastamos menos, ¿pero cómo ocurrió eso?, muy sencillo, es a base de la técnica que hemos aprendido, nuestros ancestros, nuestros padres nos enseñaron sus técnicas, pero con el curso aprendimos a mejorar gracias al gobierno, gracias al Comandante Daniel y a nuestro interés que pusimos, porque de nada sirve ser capacitado y no lo ponemos en práctica, en nuestro caso nos ha resultado”.
Pero la historia de esta pareja va más allá como protagonista, sus hijos, uno de 16 años Gerson Josue Potosme y Misael Jonathan Potosme Orozco, otro de 20, están estudiando las carreras técnicas del campo.
“Nuestra objetivo es que toda la familia nos integremos a trabajar en el campo, porque de nada sirve que solo mi esposa y yo jalemos la carreta, nuestros hijos también tienen que aprender, y tienen que aprovechar porque la educación es gratuita”.
Antes don Pascual no sabia que era la enfermedad de la gripe aviar, tampoco sabia capar a sus cerdos, igualmente no podía poner una vacuna o que tipo de vitamina darle a sus animales, gracias a la escuela del campo ahora si sabe y lo mejor que ese conocimiento no solo se queda en su finca, también apoya a otros campesinos trasladándoles conocimientos y las técnicas aprendidas.
Carreras técnicas que cambian vidas
Lizandro Meza, director del Centro Tecnológico Monimbó Heroico, relata que el centro tiene el objetivo de fortalecer las capacidades técnicas de las familias, sobre todo de las que residen en esta comunidad de Masaya. Se ofrecen carreras agropecuarias y otras vinculadas a la agroindustria para transformar la materia prima.
“Como complemento tenemos la carrera de educación técnica en el campo, que es un programa que se viene impulsando desde el 2014”, dijo Lizandro.
Con el tiempo el Tecnológico Nacional (INATEC) en todos sus centros ha venido innovando y ofreciendo nuevos cursos, incluyendo la escuela en el campo, en ese contexto surgen historias como la de doña Inés y don Pascual.
“Ellos han demostrado el avance que han tenido, es una pareja que ha venido adquiriendo nuevos conocimientos y han mejorado su técnica, sus competencias, si bien cierto tienen conocimientos heredados por sus ancestros, pero gracias a los conocimientos técnicos que han alcanzado han mejorado su vida”.
Doña Inés y don Pascual son parte de esas historias exitosas que surgen desde la estrategia de “Aprender Haciendo” que impulsa el INATEC, pues gracias a eso fortalecieron científicamente sus conocimientos heredados, mejoraron su producción y con ello sus niveles de vida. Y así como esta historia positiva, hay muchas otras que se construyen y se forman dentro de las aulas del Tecnológico Nacional.