El estatus sanitario de Nicaragua es uno de los más privilegiados en la región gracias al despliegue riguroso del modelo de sanidad agroalimentaria en todo el tendido productivo de la nación. El Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) es la entidad de gobierno que lleva la vanguardia en estos esfuerzos.
Nohemy Pineda Sáenz, responsable de la dirección de laboratorios, explica que tienen tres centros de análisis en la capital; el de diagnóstico veterinario, el laboratorio fitosanitario y el de residuos químicos y biológicos.
Detalla además que cuentan con 7 laboratorios en el resto del territorio, en donde se dan servicios. "Igual damos el diagnóstico fitosanitario y en calidad de semillas, estos son en los lugares estratégicos cerca de la frontera para dar una respuesta más rápida", explica.
Pineda refiere que el Gobierno sandinista ha hecho mucho hincapié en fortalecer el diagnóstico a través de estos centros.
"Estas son infraestructuras nuevas, que son para dar esta respuesta, para que nuestra misión, prácticamente de todos los laboratorios, es de dar un diagnóstico oportuno y confiable para la toma de decisiones en la dirección con la que cuenta el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria, como son salud animal, sanidad vegetal, cuarentena y la dirección de inocuidad alimentaria", añade.
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Estos laboratorios están dispuestos para dar atención a usuarios internos y externos, coordinados siempre con las permanentes campañas de vigilancia. La responsable de laboratorios menciona que el país es libre de enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina, peste porcina clásica, peste porcina africana, entre otras.
El personal se asiste de un sistema de alta calidad, con acreditaciones y metodologías actualizadas y normalizadas reconocidas internacionalmente. El trabajo de Gobierno a través de IPSA no se limita al trabajo en laboratorio, sino que la inspección y supervisión se desarrolla in situ en plantas como Novaterra, en el municipio de San Francisco Libre, Managua.
Gabriela Solórzano, supervisora de calidad de la planta, comenta que trabajan cercanamente con el IPSA desde el año 2005, momento desde el que han obtenido importantes resultados en cuanto a sanidad.
"Ellos nos han proporcionado los lineamientos para el bienestar animal, encefalopatía, de calidad, inocuidad, ellos nos llevan todos los lineamientos para detectar patologías, eliminar cualquier peligro potencial para los consumidores, más en este matadero que todos nuestros productos son exportados a los Estados Unidos, Centroamérica, Costa Rica, Guatemala y El Salvador y gracias a ellos hemos logrado aumentar los clientes que tenemos", asegura.
Novaterra es un matadero capacitado para sacrificar a 10 mil reses mensualmente y durante este proceso tienen acompañamiento directo de inspectores del IPSA que laboran mano a mano con la fuerza laboral de la planta.
Wilmer Juárez, director de salud animal del IPSA confirma que el estatus sanitario del país es envidiable en la región.
"Somos un país históricamente de fiebre aftosa, sin vacunación y en el año 2018 sometimos la Organización Mundial de Sanidad Animal OMSA, para que se reconociera el estatus de Nicaragua como un país con riesgo insignificante a la encefalopatía espongiforme bovina. Ambas enfermedades son de las más restrictivas al comercio a nivel mundial y Nicaragua al tener este reconocimiento o estos estatus sanitarios que otorga la Organización Mundial de Sanidad Animal, que es el ente rector en temas de sanidad, lógicamente apertura los mercados tanto de los animales en pie, como carne, productos cárnicos a la región y el mundo", destaca.
En tal sentido, subraya el sistema de vigilancia epidemiológica tanto en fincas como en plantas procesadoras de alimentos.
"De hecho, nuestro sistema de producción está orientado, por supuesto, a fortalecer todas las acciones que garanticen mantener todos estos estatus, los cuales cada año, en noviembre de cada año, nosotros debemos de soportar, documentar ante la Organización Mundial de Sanidad Animal la verificación de las acciones sanitarias que realizamos con relación a las enfermedades para poder garantizar que los estatus sanitarios siguen vigentes para nuestro país", menciona.
En Centroamérica solo Nicaragua, Panamá y Costa Rica son los únicos países que gozan con el estatus sanitario para fiebre aftosa y la encefalopatía espongiforme bovina.
