Cientos de familias nicaragüenses vivieron con alegría, una vez más este viernes, la histórica Lavada de la Plata en el municipio de El Viejo, Chinandega.
Esta expresión de fe y de cultura nacional es seguida con entusiasmo por niños, jóvenes y adultos de toda Nicaragua, quienes visitan el templo para expresar agradecimientos por favores recibidos por el Altísimo y para ser parte de este hermoso gesto, que está cargado de fuertes elementos de identidad nacional.
La alcaldesa de El Viejo, María del Tránsito de Guevara, destacó el ambiente familiar y de devoción que caracterizó la celebración. “Es una fiesta religiosa que reúne a nicaragüenses de todas partes a celebrar a la patrona nacional, a nuestra Virgen del Trono de El Viejo, y realmente ha sido posible todo esto, toda esta alegría, toda esta tradición, toda esta alabanza y además, agradecidos con la Virgen que nos ha bendecido tanto con esta paz, porque vivimos en paz y esto es posible porque vivimos en paz”, expresó.
La festividad contó con una amplia cobertura de instituciones de Gobierno, incluyendo a la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos Unidos y la Alcaldía local.
"Atentos a cualquier situación, que gracias a Dios no se ha presentado ningún incidente que lamentar, todo el mundo está tranquilo, todo el mundo como familia y eso es muy gratificante, ver a las familias disfrutando de esta fiesta religiosa", añadió la alcaldesa.
Entre los asistentes, estaba Maykel Darce, un devoto proveniente del barrio Sutiaba en León, quien compartió su experiencia.
“Este es mi tercer año que vengo. Vengo desde León y siempre seguimos esta tradición porque es parte de nuestra fe en la Virgen, esperando también mañana, el 7 de diciembre, para ir a cantar. ¿Quién causa tanta alegría?”, exclamó.
Otra devota, Aura Lila Rodríguez, asistió al evento junto a su nieta, destacando la importancia de mantener viva esta tradición que combina fe y dedicación.
Según Rodríguez, se trata de un acto de profundo respeto hacia la Virgen María, en el que cada detalle tiene un significado especial. “Lo hacemos con devoción para que todos sus objetos queden bien limpios, listos para el próximo año”, expresó con emoción.
Jeanett Navas, una viejana muy emocionada de poder compartir con el pueblo que acompaña la tradición, expresó los motivos que la entusiasman.
"Nos sentimos orgullosos de tener a nuestra patrona acá en El Viejo y que vengan las familias a compartir como hermanos en la fe en Cristo. Y le agradezco a ella porque me tiene con vida y por eso invito a todo el mundo a vivir esta fe, cantar sus himnos y salir a las calles a gritar que ella es la causa de nuestra alegría", comentó.
Un gran milagro cumplido motivó a doña Edda María Saravia a participar un año más en esta celebración.
"Bienvenidos a todos los peregrinos que vienen de lejos. Y le pedí a nuestra madre que nos siga cubriendo con su manto. ¿Quién causa tanta alegría? "¡La Concepción de María!", dijo contenta.
Los devotos coinciden en que la Lavada de la Plata simboliza, más allá de la limpieza de las joyas y objetos sagrados de la Virgen, un acto de respeto y devoción hacia la patrona de Nicaragua.
Este año, el fervor de los asistentes fue evidente, consolidando una vez más esta tradición como una parte esencial del patrimonio cultural y espiritual de la nación.
La tradición en la que participaron las familias que acudieron a la Basílica Menor de Nuestra Señora del Trono, fue celebrada tras la solemne eucaristía pontifical encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes.