Cada viernes de Cuaresma, los nicaragüenses eligen comer al mediodía una riquísima sopa de queso, como parte de las tradiciones religiosas y culturales.
Estas sopas se encuentran en los mercados. Las comerciantes durante décadas han elaborado este riquísimo platillo que va acompañado de arroz, tortas fritas y guineo.
En el mercado Israel Lewites desde las diez de la mañana, doña Gertrudiz Araica, empieza a picar la chiltoma, la cebolla, la hierbabuena, el tomate, a rallar el queso, preparar la masa, la crema y la mantequilla, ingredientes indispensables para preparar la sopa de queso.
“Yo estoy aquí en el Israel Lewites desde el año 1985, primero comencé trabajándole a una señora por cinco años y después ella me dejó a mí sola. He estado en varias partes del mercado y ahora me encuentro acá en la orilla del parqueo de los pescados”, detalló.
“Yo no me quejo de mis clientes que siempre me buscan y me dicen que la comida está siempre buena. A mis hijos les he enseñado a cocinar y mantengo la tradición de preparar los platos de esta época de Cuaresma”, compartió.
También dijo que “siempre el primer Miércoles de Ceniza yo hago la sopa de queso, a veces hago buñuelos y nacatamales. A veces la hago cuando no es época y la gente siempre la busca y el secreto es hacerlo con amor”.
“Una buena sopa de queso debe llevar buen queso, crema de la buena. La preparo en unos cuarenta minutos y en ese proceso preparo la masa que va revuelta con el queso para freirla y le da ese sabor rico a la sopa y no puede faltar el recado a la sopa de esa misma masa y por supuesto el achiote que le da color”, manifestó.
Doña Gertrudiz prepara unas cuarenta tazas de sopa con un excelente precio. Si solo quiere la sopa, le cuesta 100 córdobas, pero si la quiere con arroz y guineo, tan solo va a pagar 120 córdobas y podrá disfrutar de uno de los platos más ricos de la gastronomía de Nicaragua en tiempos de Cuaresma o Semana Santa, como se le conoce popularmente.