Un día como hoy, hace 40 años pasó a otro plano de vida el líder revolucionario más pequeño del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Con tan solo ocho años de edad y su palabra agitadora, era expresión de su firme convicción y de su fidelidad a los principios sandinistas. Su figura pequeña y menudita estaba siempre en las principales jornadas de combate libradas por nuestro pueblo para derrocar a la dictadura somocista.
Luis Alfonso no sólo está presente en aquellos que vivieron de cerca su lucha y esfuerzos por tener la Nicaragua de la que hoy todos gozamos, él está en cada mirada dulce de aquel niño, niña y joven que goza de espacios, centros recreativos y deportivos.
Los mimados de la Revolución hoy pueden disfrutar en paz, tranquilidad y seguridad, gracias a esos héroes y mártires como Luis Alfonso que ofrendaron su vida para heredar a las generaciones venideras, una Nicaragua donde desde el más pequeño de los hogares nicaragüenses, pueda gozar de los privilegios que por derecho merecen.
La misión del niño mártir de la Revolución y de Nicaragua entera, es comprobada en cada merienda, juguete y paquete escolar que se le entrega a un niño que necesita asegurar su futuro, recibiendo lo que es el derecho al estudio, a una educación sana y de calidad de la mano de aquella juventud comprometida en promover los pensamientos revolucionarios de cada hombre y mujer que estuvo al frente cuando Nicaragua fue liberada de la opresión.
Por su palabra agitadora, anti somocista y antiimperialista, por su acción revolucionaria es hoy recordado a nivel nacional; y en las páginas de sus cuadernos se encuentran como elocuente testigo de su conducta y su pensamiento revolucionario, las consignas con las que agitaba a las masas y a las que hoy conmemoramos:
- “Bendito el vientre de una madre que parió un hijo sandinista.”
- “Compañeros ya es tiempo de despertar, podemos ver a los niños campesinos durmiendo en tapesquitos de madera y comiendo tortilla con sal, y por eso les hablo, que luchemos para que haya Patria Libre.”
- “Cada lugar un campo de batalla, cada juguete una arma sandinista.”
- “Estamos como animalitos, en condiciones infrahumanas, debemos erradicar este sistema, nuestros padres, no tienen para comprarnos libros ni cuadernos, estudiamos en el piso.”
Como nicaragüense y ciudadano que ama a su patria, tenemos la responsabilidad de siempre recordar aquella lucha que un niño a pesar de su edad, podía ver el sufrimiento de un pueblo que sólo quería vivir en paz, un pueblo que era reprimido por una dictadura que solo miraba los intereses del imperialismo y como cruel traidor jamás veló por la soberanía de nuestro país, siendo esto parte de la historia triste que vivieron nuestros abuelos.