El actual sistema educativo en Nicaragua, tanto técnico como universitario, destaca por fortalecer las capacidades de las mujeres en los diferentes espacios.
En este nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, conocimos la historia de Miriam Abarca, quien habita en la comunidad Los Cedros, en el kilómetro 29 de la carretera vieja a León.
Ella se dedica al campo, pero ya no desde una manera empírica. Miriam ha aprovechado la gratuidad de la educación para profesionalizarse a través de los programas de Capacitación Técnica y Tecnológica.
Miriam de 45 años de edad estudió a través del Programa Nacional de Educación en el Campo. Durante dos años aprendió a elaborar bioinsumos orgánicos como el biofermento a base de estiércol de res, ceniza, leche y melaza.
Esta joven madre ha hecho grandes esfuerzos durante varios años para poder lograr sus metas en la vida. Su motivación son sus tres hijos, dos niñas y un varón, que la acompañan y la apoyan en sus estudios.
Actualmente esta madre trabajadora estudia la carrera Ingeniería Agroecológica Tropical en la UNAN-León.
"Desde niña me gustó la agricultura, comencé cultivando maíz, posteriormente frijoles y otros cultivos como la chiltoma, la yuca y esto ha venido a ayudarme a desarrollarme profesionalmente. Todo lo que he ido aprendiendo a través del Inta, la Escuela Técnica de Campo me ha ayudado a desarrollarme y también todo lo que he aprendido se lo transmito a otras mujeres", dijo Miriam.
En su casa cría gallinas, cerdo y tiene un huerto con diferentes plantas que cultiva para vender y el consumo del hogar, un lugar que comparte con sus tres hijos como madre soltera.
"Desde niña quería estudiar algo que estuviera relacionado con el campo, sin embargo, por las condiciones económicas de mis padres se me hizo difícil estudiar más joven, pero cuando me independicé, luché por mis estudios, por eso estudié un curso en la Escuela de Campo en Línea, este curso fue de 9 meses, tras culminar este curso me motivé para poder seguir estudiando, por eso, me matriculé en la universidad UNAN-León, que es donde estoy estudiando el tercer año de la carrera de Ingeniería en Agroecología Tropical", contó.
"En mi terreno aplico todos los conocimientos que he adquirido a través de la Escuela Técnica de Campo como la elaboración de alimentos para aves, los biofermentos que elaboro y se los aplico a mis plantas obteniendo mejores resultados", indicó.
"Para el biofermento que realizo yo utilizo estiércol de res, leche, melaza y cal, posteriormente todo esto se vierte en una cubeta, se mezclan, se tapan y se dejan durante 25 días, que es el tiempo para que pueda fermentarse, posteriormente, nosotros lo colamos, empacamos y de esa manera ya está listo para aplicar a las plantas", resaltó.
"El biofermento permite que las plantas tengan más frutos, mejor floración y mejor coloración en las hojas. La tecnificación me ha permitido tener una mejor calidad de vida porque esos productos los comercializo en la comunidad y eso son ingresos para mi bolsillo". explicó.
"Yo invito a las mujeres a que no se limiten que si tienen un proyecto en mente que lo echen a andar, que se sobreesfuerce y se sacrifiquen por ello porque así van a poder tener sus propias cosas. Yo he hecho mucho esfuerzo, sacrificio para tener mis cosas, pero en la actualidad he visto cuánto he crecido y eso me hace feliz", expresó.
"Me siento agradecida del apoyo del gobierno, de las instituciones. En un futuro primeramente Dios espero ampliarme, mi sueño es comprarme una finca donde haya un río para poder cumplir y lograr mis metas", culminó.
Para el 2025 las escuelas Técnicas de Campo proyectan atender a 45 mil 675 protagonistas mediante 79 cursos especializados en áreas como inseminación artificial, injertación, sistema de riego, agrotransformación y tecnologías de la información.