Las mujeres en Nicaragua tienen derechos restituidos y desde la educación técnica se convierten en líderes, tal y como lo demuestran un grupo de jovencitas que estudian mecánica automotriz en el Centro Tecnológico "Muchachos, Horizonte Valiente" en Managua.
El mundo de los motores, tijeras, amortiguadores y tuercas, no es ajeno a Ashley Yuridia Urbina Ramírez de 17 años. Creció en el pequeño taller mecánico de su padre, al que admira mucho porque gracias a ese trabajo en que se llenan de aceite y grasa, ha podido recibir el alimento, la educación y los valores de una familia cristiana.
Ashley contó que en muchas ocasiones le ha servido como "pasa herramientas" a su padre, quien inculcó el amor por esta profesión de gran demanda.
Hoy esta jovencita disfruta aprendiendo todo el entramado de los componentes de un motor, a ella no le importa llenar sus dedos y uñas de grasa.
"Aquí el estudio es muy bueno, los profesores son muy profesionales, nos enseñan mucho. Elegí esta carrera porque me parece muy interesante, mi papá es mecánico y desde muy pequeña he tenido curiosidad por esta carrera", comentó Ashley, mientras termina de enroscar un perno.
Cuando está en plena faena le importa poco estar rodeada de varones que también aprenden de este oficio.
"Aquí no andan viendo si sos varón o mujer, aquí nos tratan igual, nos respetan y somos tan capaces como los varones. Me interesa conocer sobre los motores que tienen muchas piezas, es complicado repararlos pero sé que voy a lograr graduarme. Mi meta es ayudar en el taller de mi papá, quiero ayudarlo a que se convierta en un taller grande, esa es mi meta", dijo Ashley.
Para esta jovencita, el Tecnológico Nacional con sus diferentes centros, es una opción profesional para muchos jóvenes que desean incursionar al mundo laboral rápidamente.
"Hoy los jóvenes tenemos la oportunidad de ser profesionales técnicos, hay muchas oportunidades, tenemos una educación gratuita en todos los cursos", comentó esta jovencita que inicia sus clases a las 8 de la mañana y concluye en la tarde.
También está cursando la carrera de mecánica automotriz la joven Eveling Benavídez que reside en Tipitapa. Inició a estudiar en enero y al igual que su compañera Ashley, el mundo de los motores no es desconocido, también su papá es mecánico.
"Desde pequeña me llama la atención, la mecánica es algo que me apasiona, sé que esto me puede servir para el futuro", expresó Eveling.
Se está especializando en frenos, amortiguadores y proceso de combustión. "Hay bastantes mujeres que estamos estudiando mecánica, hoy en día estamos sobresaliendo, esto es bueno porque estamos demostrando que somos capaces de ser lo que queramos. A mí me gusta aprender sobre la combustión, cómo funciona, cómo son los inyectores y sobre el funcionamiento de los pistones, mi papá me inspiró, él es mecánico y por él estoy aquí".
En el Tecnológico Nacional hay muchas carreras técnicas que hasta hace algunos años era de predominio del sexo masculino, sin embargo las políticas de equidad de género que impulsa la Revolución Sandinista, ha hecho que las mujeres tomen estos espacios y se convierta en líderes protagonistas.
El docente Jhosimar Maltez, del Tecnológico "Muchachos, Horizonte Valiente", indicó que las mujeres están incursionando en carreras como electricidad, soldadura, refrigeración, electromecánica y mecánica automotriz con mucho ímpetu, demostrando que son igual o mejores en este campo.
Las carreras de este tipo se aprenden haciendo, con una carga de clases en la que la práctica abarca un 70 por ciento y la teoría es del 30 por ciento.
"Iniciamos con las clases teóricas evidentemente, pero a las pocas semanas se pasa a las clases prácticas que abarcan el 70 por ciento. Aquí no aprenden oyendo o leyendo, aquí se aprende haciendo, muchas mujeres entran por la necesidad de saber y eso las hace ser excelentes estudiantes", dijo el docente.
Resaltó que las mujeres son bastante curiosas y eso las hace aprender muy rápidamente, hasta el punto que conocen de varias exalumnas que son encargadas de las áreas de mantenimiento en muchos talleres de la capital.
"El reto más grande que ellas tienen es demostrar sus habilidades y capacidades a sus compañeros, pero también demostrarse ellas mismas y a las demás mujeres que sí se puede, ahora vivimos en un mundo donde todos somos iguales en cuanto a capacidades", señaló el profesor.
En estos centros tecnológicos existe el espacio y las herramientas científico-técnicas que permiten a los estudiantes especializarse y entrar con buen pie al mundo laboral.