El municipio de San Juan de Oriente es una tierra fértil de artesanos, no es casualidad que sea reconocida como una de las principales ciudades creativas de Nicaragua, siendo su producto insignia la elaboración de la cerámica precolombina.

Uno de sus mayores referentes es el artesano Pedro Guerrero López 49 años, propietario de Alfarería Guerrero, uno de los principales talleres de artesanías reconocidos en este fresco municipio del departamento de Masaya.

Don Pedro Guerrero aprendió el arte de elaborar cerámica precolombina de las enseñanzas de su progenitor Manuel Guerrero y su madre Carmen López, los que también conocieron este arte por medio de sus anteriores generaciones.

Ahora Alfarería Guerrero está integrada por la cuarta y quinta generación de artesanos, como lo es don Pedro y sus hijos, que han seguido la tradición que es tan arraigada en este pintoresco municipio que te atrapa gracias a su ingenio y arte para crear.

CERAMICA

“Este oficio yo lo aprendí gracias al conocimiento que mis padres me transmitieron desde muy pequeño, soy la cuarta generación de mi familia, pude ver a mis bisabuelos trabajar en las ollas, los cómales, las cazuelas, igual también a mis abuelos los vi trabajar y mis padres que trabajaban piezas con colores y diseños”, resalta don Pedro, un hombre muy humilde que resultó electo vicealcalde en los pasados comicios municipales del 6 de noviembre.

En su taller de alfarería se trabaja con el barro rojizo que es extraído de las propias tierras de San Juan de Oriente, a partir de ahí trabajan piezas rusticas, artesanías creativas, precolombinas y artísticas.

“Yo aprendí la elaboración de las piezas con las dos técnicas, las piezas hechas totalmente a manos desde cero sin utilizar ningún tipo de herramientas, pero también aprendí a utilizar el torno, ambas técnicas las puedo utilizar totalmente”, destaca este artesano que con sus artesanías ha participado en exposiciones en Italia, Colombia, México, Irán, España y países centroamericanos.

En este espacio de creatividad, don Pedro junto a sus hijos puede elaborar hasta 70 piezas de diferentes tamaños y estilo, las cuales son secadas en un horno artesanal cuya máxima temperatura llega a los 900 grados centígrados.

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Si bien don Pedro ha heredado el arte de elaborar las cerámicas precolombinas a sus hijos, también ocupa parte de su tiempo para enseñar a otros jóvenes esta tradición, con el objetivo de que no desaparezca. En San Juan de Oriente el 75 por ciento de las familias se dedica a la elaboración de cerámicas precolombinas o rústicas y eso quiere que continúen por muchos años más.

“Me desempeño como maestro instructor en la Casa de las Artesanías de Masaya, es una escuela donde llegan protagonistas de diferentes partes de Nicaragua a aprender sobre las artesanías que están en peligro de extinción y otras que están por desaparecer, pero desde ese espacio se está promoviendo para que en Nicaragua no desaparezca esa tradición”, cuenta don Pedro.

En los últimos años la artesanía que elabora don Pedro y su familia es exportada a otras naciones, debido a que su sala de exposición es visitada por turistas extranjeros que han quedado fascinados por estas bellas piezas, las cuales compran por varias cantidades.

Cada vez que se elabora una pieza de artesanía se requiere de hasta diez días para que este finalizada totalmente, cinco días los ocupa para su fabricación en cada detalle y otros cinco para que esté totalmente acabada, incluyendo el secado. 

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