La compañera Vicepresidenta Rosario Murillo, instó este mediodía al pueblo nicaragüense a cumplir la Misión Cristiana de Amor y Paz en estos días de Cuaresma y destacó el significado del miércoles de ceniza y las tradiciones de estas fechas.
“Hoy es miércoles de ceniza y esta celebración de nuestra fe nos lleva a recordar lo efímero de todo en este plano de vida, porque polvo somos, dice la Cruz de Ceniza, y en polvo nos convertiremos; y todo es efímero y todo cambia, todo se transforma y todo lo que hacemos tiene que tener en cuenta que nada nos llevamos, solamente el sentimiento del deber cumplido, de la misión cumplida, el sentimiento de haber transitado por este plano de vida haciendo lo mejor y dando lo mejor de nosotros mismos como buenos cristianos”, explicó.
Polvo somos y en polvo nos convertiremos
Resaltó que la tradición este día ha sido ir a los templos a que la ceniza se pose sobre nuestra frente, “para recordarnos eso, lo efímero de todo y cómo pertenecemos cada uno de nosotros, al plano de la vida eterna; venimos, estamos aquí, transitamos, caminamos, tratamos de hacer el bien todo el tiempo, luego volvemos al plano de la vida eterna”, añadió.
“Reconocernos finitos, es importantísimo para ubicarnos en estas tierras donde nos toca nacer, en el caso nuestro en nuestra Nicaragua. Y donde nos toca caminar la misión cristiana de amor y paz, miércoles de ceniza para sabernos caminantes de la paz, de la concordia, caminantes del amor, así es, así ha de ser, son 40 días a partir de hoy para celebrar la Pascua, pasando por la Pasión de Cristo”, recordó.
Las comidas de Cuaresma
Dijo que en el siglo pasado los miércoles y los viernes de cuaresma, no se consumía carne y entonces, en las casas, en los hogares, se elaboraba la sopa de queso, algunos consumían pescado, el arroz con sardina, las tortas de sardina, el arroz con Gaspar, la iguana en pinol, también tortuga.
“Ahora creo que ya no se comen tantos esos platos, riquísimos, deliciosos de nuestra gastronomía, porque son trabajosos, como decimos popularmente 'tequiosos' y ¿el trabajo de quién es? De las mujeres que estamos en la cocina”.
“Bueno ahora, no tenemos ese tiempo, a veces días enteros para preparar desde el pinol de la iguana, desde el recado, de la tortuga; luego los tamales y el queso y la tortilla todas las cosas de hornos, toda esa cultura gastronómica propia de la cuaresma, de la Semana Santa, algunas prevalecen, nos toca como parte de nuestra identidad nacional celebrarla y defenderla”, prosiguió.
También mencionó los almíbares, el curbasá, la cusnaca de jocote, platos de la gastronomía de Cuaresma.
Los ritos
La compañera Rosario mencionó que “semana santa llega acompañada de ritos, las alfombras pasionarias, hubo algún tiempo que durante Semana Santa no se sonaban campanas eran las matracas, en mi infancia en Niquinohomo era la matraca en la iglesia llamando a los distintos rezos, cultos, tradiciones y luego la celebración de la Misa Pascual el Sábado de Gloria por la noche, entonces ya se retomaban la música, los sonidos, recorridos de las bandas de viento por el pueblo, ya llamando a celebrar la Pascua, la Resurrección del Señor y por supuesto, todas las procesiones”.
Recordó que en Niquinohomo el santo entierro se recorría implorando milagros
"El Santo Entierro de Niquinohomo, milagroso, ese Santo Entierro que recorría y recorre todavía las calles con la devoción del pueblo, que imploraba e implora milagros; y ahora que imploramos nosotros, qué pedimos: Paz, cariño, encuentro en nuestra Nicaragua”, resaltó.
La Pasión y la Resurrección
Destacó que el miércoles de cenizas iniciamos el recorrido hacia la Pasión y la Resurrección "sintámonos parte esencial como peregrinos, como romeros, como una romería, haciendo la romería, el peregrinaje hacia la Resurrección, a través de la Pasión y el compromiso de amor, ese amor de Cristo Jesús que dio la vida por nosotros, que nos debe inspirar para dar lo mejor de nosotros mismos, para consolidar la vida, que es la paz, el cariño, en nuestra Nicaragua”.
Citó el Santo Evangelio según San Mateo, que dice:
Cuidémonos de no practicar justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre Celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna no vayas tocando la trompeta por delante como hacen los hipócritas, tocando las trompetas en los templos y por las calles y con el fin de ser honrados por los hombres. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha. Así tu limosna quedará en secreto y tu Padre que ve en lo secreto te lo recompensará.
Cuando recen no sean como los hipócritas a quienes les gusta rezar de pie en los templos y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, cuando vayas a rezar entra en tu aposento, cierra la puerta y reza, invoca a tu Padre que está en lo escondido, y tu Padre que ve en los escondido te lo pagará.
Cuando ayunes no andes cabizbajo como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú en cambio, cuando ayunes perfúmate la cabeza y lávate la cara para que tu ayuno lo note, no la gente, si no tu Padre, que está en lo escondido y tu Padre que ve en lo escondido te recompensará.
La importancia de la privacidad
“Aquí está la importancia de la privacidad. La importancia de la invocación y la imploración al Altísimo en la intimidad, la importancia de la sinceridad, la importancia de vivir con consecuencia; se entiende que somos ejemplos sobre todo para nosotros mismos en nuestras vidas; no hacemos exhibición de nuestras cultos, nuestros ritos, nuestros rezos; no hacemos exhibición”, aconsejó.
La compañera dijo que este es un mundo en que vivimos, llenos de afán exhibicionista.
No exhibirnos en redes sociales
“Por dónde nos lleva estar exhibiéndonos todo el tiempo, mostrando lo que hacemos y ya sin privacidad, sin intimidad e incluso sin tiempo, porque esa exhibición es permanente; días, tardes, noche, madrugada, a través de las distintas tecnologías de la información estamos permanentemente exhibiendo”, continuó.
“Y no exhibimos nuestras debilidades, o nuestras flaquezas, nos exhibimos con estridencia, como que todo el tiempo estuviésemos llenos de grandeza. La vida tiene sus sombras, tiene sus luces, tiene sus altos, tiene sus bajos, y algo que tenemos que custodiar; custodiar como templo sagrado, es lo que somos y hacemos para fortalecernos como mejores seres humanos, cada día”, expresó.
La compañera advitió que “Lo sagrado de nosotros mismos hacia lo sagrado de los demás y trabajar con esa discreción que es elegante; con esa discreción que es fina, con esa discreción que al fin y al cabo sienta ejemplos para una cultura, que sin estridencia, sin exhibicionismo propone ofrecernos a Dios para mejorar cada uno, cada día, y comprometernos para trabajar desde el mundo; este mundo tan complejo que nos toca vivir con el aporte y la participación de todos, se haga mejor, sea mejor”.
Buscar un mundo seguro
Aconsejó que hay que buscar un mundo seguro que promueva el diálogo como solución a las dificultades.
“Vivamos o vayamos buscando un mundo seguro, hemos llegado a una inseguridad casi total en el mundo. A un mundo seguro, a un mundo de convivencia armoniosa; a un mundo que promueva entendimiento, paz; que promueva diálogo como soluciones o como solución a las dificultades que los seres humanos siempre vamos a tener”.
“Un mundo mejor, que el que todos tenemos y trabajar para eso pidiéndole a Dios, sabiduría, prudencia, iluminación, paciencia; pidiéndole a Dios en lo íntimo de nosotros mismos, recordando que todos somos sus hijos y cuando le pedimos al Padre, lo hacemos con sinceridad y lo hacemos con amor para que derrame sobre nosotros su amor en todos los tiempos”.
Que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha
La compañera Rosario Murillo aconsejó “que no sepa la mano izquierda, lo que hace la derecha, y que nuestro Padre Celestial que está pendiente de todo, recompense ese esfuerzo cotidiano de trabajar un país mejor, una sociedad mejor, una familia mejor, donde los valores nos permitan encontrarnos, reunirnos y mejorar cada día, cumpliendo los mandatos de Jesucristo, de Cristo Jesús, en estos pueblos de tradición cristiana. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”, concluyó.