Es posible asesinar y torturar a hombres y mujeres que comulguen con los principios sandinistas, pero será imposible sofocar las ideas de Sandino y de los patriotas que lo precedieron, que fueron retomados por Carlos Fonseca Amador, para luego implantarlas en los genes de un pueblo entero.
La Comandante Doris Tijerino recuerda a Carlos desde niño.
Afirma, que en esa pequeña Matagalpa de solo dos calles en la que ambos comparten origen, la gente quería conocerlo, porque era un estudiante destacado que ganaba premios constantes como la estrella de oro, máxima categoría de excelencia académica en el norte.
Su cercanía era tal, que vivieron en la misma manzana y hasta tenían algún tipo de vinculación familiar.
Sus abuelos iban a adoptarlo, pero por no incomodar a la familia fue algo que no se dio, comparte como una anécdota privada que pocos conocen.
"Sí, yo sería sobrina de él, prima. Él hubiese sido hermano de mi mamá si eso se da, pero no se dio, es una cosa que nos vinculó siempre", relató.
En 1957, cuando Carlos regresó con su libro de Moscú (Un nicaragüense en Moscú, publicado en 1958), ya la comandante Doris comenzaba a interesarse en su causa. Ya era estudiante de secundaria en el Instituto Ramírez Goyena.
"Tengo, para mí el honor, que el primer seudónimo que tuve en el Frente Sandinista me lo puso él. Y siempre me ha interesado saber, porque nunca le pregunté, ya casi me acerco a la posibilidad. Me puso Conchita Alday”, dijo.
Conchita Alday fue la esposa del General ‘Cabuya’, asesinado por la ocupación norteamericana en Nicaragua.
Ese fue el momento en el que supo que la habían incorporado en la dirección del FSLN, momentos antes de las acciones de Pancasan, que concluyeron en el asesinato de parte de la jefatura en el cerro escondido en Matiguás.
Tijerino recuerda que en una ocasión se opuso a cumplir una misión. En ese entonces el ejército ruso quiso ingresar a Checoslovaquia y ella, responsable del mimeógrafo, se negó a cumplir la orientación ante la insistencia de guerrilleros como Filemón Rivera, Ricardo Morales y Leonel Rugama.
Fue el momento en el que pudo descubrir en carne propia la capacidad de negociación del Comandante en Jefe de la Revolución.
“Eso ha sido una norma en el Frente Sandinista, aunque algunos puedan decir que no. Yo doy testimonio (…) y esa es la misma experiencia que yo digo siempre, tengo a lo interno del Frente Sandinista”, aseguró.
Es justamente el FSLN la mejor obra y el instrumento más poderoso heredado por Carlos Fonseca de acuerdo al criterio de Tijerino. "Sin el Frente Sandinista quien sabe qué nieto de Somoza estaría en la presidencia y quién sabe si nosotros existiríamos, tal vez no, seguramente no”, advierte.
Golpistas no conocían al sandinismo
El golpe de Estado intentado entre abril y julio falló según a la comandante guerrillera por el desconocimiento del sandinismo.
En ese orden, asegura que el amor al pueblo y la disciplina enseñadas por el Matagalpino son factores que hacen sumar a millones de conciencias en función de un mismo objetivo.
Un sonido de hojas moviéndose en el viento aprovechó una pausa de la histórica mujer.
“Yo digo que el fracaso o la actividad política de los fracasados en éste país es que ni siquiera saben entender lo que pasa con nosotros, quiénes somos nosotros los sandinistas. Ellos hicieron error de cálculo increíble. Ellos dijeron: Daniel Ortega está aislado, nadie lo sigue y Daniel Ortega está ahí y va a estar ahí porque todos queremos que esté ahí”, dijo después de haber buscado las palabras adecuadas para explicar el respaldo al modelo.
Aseguró que dentro de todo lo malo ocurrido en el país los últimos meses, es que ya quienes decían estar al lado del pueblo se quitaron la máscara y revelaron sus verdaderos intereses.
“¿Quién puede decir que es sandinista ahí? El MRS se tiene que poner Movimiento Renovador Tranquista, traidor, lo que quieran, lo que les acomode, pero no sandinista. Pero no sandinista. No hay sandinista que le levante la mano a la burguesía para hacerla grande ni que se reúna con la embajada americana”, expresó.
Es precisamente la lealtad uno de los valores que más cultivaba Carlos, para la revolución y para con sus compañeros.
Es la misma lealtad del Comandante Daniel Ortega con el Frente Sandinista y el proyecto revolucionario “no son lealtades personales, son lealtades a valores y a principios”.
Es por eso que la histórica sandinista avizora más y mejores cosas de las que se habían conquistado.
“Me sonrío porque probablemente debe haber un tipo de acercamiento con sectores que nos traicionaron y me refiero a un sector importante de los empresarios que hicieron un error de cálculos, esos ni siquiera nos conocen, no tienen culpa de haberse equivocado. Algunos sacerdotes, yo siempre digo algunos, porque yo conozco sacerdotes que se mantuvieron al lado del pueblo, yo tengo amigos que son sacerdotes, religiosas, algunos me fallaron, pero es problema de ellos… habrá que acercarnos, unirnos, porque tanto ellos como nosotros vivimos en éste territorio, tenemos derecho a estar aquí, habrá que trabajar en función de eso”, comentó.