El 7 de noviembre, el joven de 25 años Carlos Roberto Huembes, un estudiante de la carrera de medicina de la UNAN-León, que gustaba de la corriente hippie, de la música de los Beatles, pero sobre todo de gran carisma revolucionario, solidario, es asesinado por guardias somocistas que preparaban un asalto a una casa de seguridad en residencial El Dorado. Huembes se dirigía hacia la casa de seguridad, desconociendo el operativo de la Guardia Somocista, por lo que prácticamente fue emboscado y asesinado de manera cobarde.
Ese mismo día fue emboscado el Comandante Carlos Fonseca Amador, junto a otros compañeros que estaban en las montañas de Zinica. Ese mes de noviembre fue funesto para el FSLN, parte de sus principales dirigentes cayeron asesinados por medio de emboscadas.
Carlos Roberto Huembes fue un incansable luchador por la unidad de las tres tendencias sandinistas, para fortalecer al FSLN y así derrocar a Somoza. Nace el 27 de Agosto de 1951 en Managua. Sus padres fueron Roberto Huembes y María Auxiliadora Ramírez.
De Carlos Roberto Huembes se puede hablar mucho, aprendió a leer a los cuatro años, que estudió y fue el mejor alumno del Instituto Pedagógico de Managua en 1969 y que en su graduación recibió tres premios. Ese día el dictador Anastasio Somoza Debayle asistió y en las tres ocasiones que entregó el premio a Huembes, éste en una actitud de valentía, de decoro y dignidad, dejó con la mano extendida al tirano.
En 1970 se matricula en la Universidad Nacional de León, en la carrera de Medicina. Como estudiante empieza a participar en las movilizaciones populares que promueve el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), integrándose a las brigadas de activistas universitarios, coordinados por el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), destacándose en los mítines de los barrios de León y en las caminatas a Managua de 1971, para lograr la libertad de prisioneros sandinistas, entre ellos Ricardo Morales Avilés.
En 1974 pasa a la clandestinidad por orientaciones de la Dirección Nacional del FSLN, porque su continuidad en la vida legal era un riesgo para la organización y para su vida. Sale hacia México, de ahí a Cuba en una misión del FSLN, regresa a Nicaragua, ese mismo año y asume la responsabilidad del Comité Regional de Managua. En septiembre de 1973, a raíz del asesinato de Oscar Turcios y Ricardo Morales, asume mayores responsabilidades del FSLN, el compañero Pedro Aráuz Palacios, convirtiéndose Huembes e Iván Montenegro en dirigentes de la Región de Occidente.
El comisionado mayor y doctor Larry Úbeda, Subdirector Médico del Hospital Carlos Roberto Huembes, indicó que el carisma y el legado de este compañero, está impregnado en cada acción que ejecuta los trabajadores, médicos y enfermeros de este centro asistencial administrado por la Policía Nacional.
“A pesar que murió a los 25 años de edad, fue una vida en la cual se vino destacando en su infancia, su familia le fue inculcando los valores de honestidad, solidaridad. A Carlos Roberto su papá le enseñó a leer a los cuatro años”, dijo Úbeda, al destacar que siempre Huembes fue un buen alumno y buen compañero.
“En un momento de rebeldía y es una cosa impresionante, según cuentan Carlos Roberto no le dio la mano al dictador Anastasio Somoza”, señala Úbeda, que señala que la Policía Nacional se enorgullece de que el hospital de la institución lleve el nombre del héroe sandinista, “nos sentimos orgullosos que el hospital lleve y rescate esos valores de Carlos Roberto Huembes”.
Leonel Espinoza, militante histórico del FSLN, estuvo en diversas oportunidades con Carlos Roberto, lo define como un destacado dirigente estudiantil, posteriormente un cuadro importante en la lucha por derrocar al dictador Somoza.
[…] Auxiliadora Huembes, hermana de Carlos Roberto, señala que este nació con la estrella de mando, “brillaba su autoridad sin necesidad de imponer, era algo maravilloso”.
“Él era mi hermano, pero yo creo que era más hermano de los humildes, de los pacientes que pudo tener, (…) era un hermano del pueblo y dio su vida por el pueblo. Recuerdo que un día le dijo a mi madre, solo le faltaba hacer la práctica y dijo ‘no quiero ser médico, para qué ser médico sino hay hospitales, no hay medicina’ y consideró que ahora con la Revolución, ahora con este Gobierno se puede sintetizar ese ideal de él, que la salud sea para todo el pueblo y no que la salud sea un privilegio”, cuenta Auxiliadora, que también relata la anécdota de su hermano que en tres ocasiones desairó al tirano Somoza “no le dio la mano a Somoza, tres veces lo dejó con la mano extendida”.
Auxiliadora dice que ahora ve con mucha alegría que la población acude a los centros de salud y recibe sus medicinas, se están construyendo hospitales, la educación es gratuita, algo por lo que luchó Carlos Roberto Huembes.
Escrito por: Pedro Ortega Ramírez
Publicado en: El 19 Digital (7 de noviembre de 2014)
Adaptación realizada el 7 de noviembre de 2018