En punto de las seis de la tarde las familias del barrio Monseñor Lezcano salieron de sus viviendas para visitar decenas de altares que están honrando a la Virgen Concepción de María en la tradicional Gritería que se celebra este 7 de diciembre en todo el país
En este sector de la capital se vive con verdadera devoción la tradicional Gritería, pues prácticamente hay altares por todas las calles del barrio Monseñor Lezcano y vimos con mucha facilidad el mar de gente que iba y venía con sus sacos llenos de la tradicional gorra que se reparten en esta tradición popular.
En cada vivienda que se alza un altar dedicado a la Purísima, conocimos de uno y mil motivos del porque celebran esta tradición tan nicaragüense, pero todas coincidían en que va pasando de generación en generación.
Otro aspecto que hace especial esta tradición, es que los feligreses iban siempre en grupos de dos, tres, cuatro y hasta familias enteras de 8 personas. Algunos cantaban a la virgen solo con su voz, otros llevaban guitarras y algunas familias devotas contrataron música filarmónica con los canticos a La Purisima María.
"Tengo 22 años de estar celebrando La Purísima y es una tradición familiar, y siempre la estoy haciendo porque la Madre de Dios me ha hecho milagros y ahí estamos siempre con fervor celebrándose hasta que Dios me ayude y me de fuerza", dijo doña Yajaira Canales.
En el caso de esta familia comienzan a prepararse desde mayo cuando empiezan a ahorrar y mientras más se acerca el 7 de diciembre cada miembro del hogar va contribuyendo para que la celebración sea una realidad.
Unidad, Paz y Armonía para Nicaragua
Y a la pregunta ¿Qué debemos pedirle a la Virgen María en las oraciones? Muchos nos respondieron que Nicaragua tenga paz, armonía, unidad familiar y sobre todo tranquilidad para que la nación progrese.
"Le pedimos a la Virgen María que todos estemos unidos en amor, en paz, que sigamos con más victoria", Canales.
El señor Álvaro Guevara de 58 años, aseguró que su mamá en vida celebraba La Purísima y cuando partió a otro plano de vida, decidió continuar La Purísima para honrar la memoria de su progenitora.
"La celebró en memoria de mi madre, ella la celebraba, y yo continúo con esa devoción, todo el año la paso ahorrando, mi familia que vive en Estados Unidos me apoya con dinero y parte de mi aguinaldo lo incluyó para dar está alegría", aseguró Guevara.
Igual le ocurre a doña Nubia López que aprendió a honrar a la Virgen María por las enseñanzas que le dió su madre. Doña vive en los Estados Unidos, pero cada diciembre se viene a Nicaragua para cumplir con la promesa que la hace con mucho amor.
"La Purísima la celebraba mi madre, ella falleció hace 22 años y yo he seguido con la tradición hasta que tenga vida y estoy contenta porque he logrado un año más le estoy cumpliendo a mi madre", aseguró López.
En la casa de doña Lorena Sequeira cumplieron la promesa de honrar a la Virgen María, a pesar que están de duelo por paso a otro plano de vida de su padre.
Caminando, honrando y gritando
"Acá estamos celebrando con amor y regocijo a la Madre del Cielo, a pesar que estamos de duelo mi padre falleció hace 10 días, hemos cumplido la promesa que nos heredó nuestra madre y ahora nosotros le estamos enseñando a nuestros hijos que deben seguir la tradición, está es una herencia que nos dejó nuestra madre Lucia Sequeira y sus hijos compartimos la tradición", mencionó Lorena.
Y si bien las familias promesante cumplieron celebrando La Gritería, el pueblo que inundó las calles del barrio en cada altar cantaban a todo pulmón.
"Siempre nos preparamos para pegar nuestra buena caminada, vivimos en Batahola, y nos venimos hasta Monseñor Lezcano porque muchas familias la celebran, así que vamos caminando, honrando y gritando ¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!", subrayó Carlos Jarquin Moreno.
"Lo importante es que cada 7 de diciembre la gente sale a las calles a gritar La Purísima, una tradición de más de 100 años que seguirá por los siglos de los siglos porque el Nicaragüense es un pueblo creyente", dijo María Cecilia Romero.