La armonía y estructura de los trajes de los Huipiles comparten un significado en cada región del territorio nacional, y manifiestan las múltiples expresiones culturales del país.

"El Huipil es una prenda utilitaria que se usa en las labores del campo, en las labores domésticas, y en los días festivos. La diferencia es que el Huipil es originalmente de manta cruda, luego con el desarrollo de la industria, y la sustitución de la manta por el poplín, o el dacrón y la seda, fue como un proceso dialéctico, sustituyendo una tela a la otra; en el espíritu creativo de los que usamos el huipil, le fueron agregando manga, más vuelo, más adornos, hasta conformar una manifestación que le ha dado identidad", afirmó Ronald Abud.

El Huipil es el significado de la cuna del folklore nicaragüense que es Masaya, ciudad que siempre ha manifestado sus tradiciones populares, expresadas en sus llamativos trajes, que resaltan las costumbres y creatividad nicaragüense.


"Cuando vinieron los conquistadores españoles, ya existía Monimbó, ya existía Nindirí, y tenías sus propias formas de vestir, ahí está el Huipil representado, y hay crónicas de escritores y viajeros donde describen los vestidos, ahí está el Huipil, Masaya tiene definido su huipil que es el traje de indita", detalló Wilmor López, historiador.

Cuando hablamos de huipil, también nos referimos al arte popular que los artesanos han hecho por años, quienes han dado forma a las múltiples prendas que brindan sentido a la identidad nacional.

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Hermidia Castillo, artesana del Huipil, expresó que ella empezó a la edad de 18 años, "mi mamá me enseñó a hacer la ropa de todo el barrio de Monimbó, desde ese tiempo yo trabajo, hasta hoy este es mi machete (una máquina de coser)".

"Yo tengo 97 años, y esta máquina la usó mi mamá, ella me la dejó a mí. El Huipil, siempre hemos hecho dos diferentes, porque hay el Huipil de diario hecho en manta, enjaretado todito, las piezas de la falda, y de la blusa, enjaretada, y el traje de lujo que es el traje del mestizaje, ese traje yo lo recuerdo desde que tenía como 7 años, que yo me iba a asomar a los bailes que salían aquí, una blusa lujosa, llena de adornos, y un sombrero que es el sombrero de palma, que forran aquí en Monimbó, ese se forra en satín y se empluma de avestruz, y eso hace que se vea más elegante el vestido, como lleva blusa bordada, y todo es trabajo a mano, entonces todo eso se puede llevar lo menos unos 15 días de trabajo, porque es muy trabajado", resaltó Castillo.

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