A 76 años de haber iniciado la tradición de la "Gritería Chiquita", la población de la ciudad de León salió a las calles con el grito: ¿Quién Causa Tanta Alegría? A lo que los devotos frente a los altares de sus hogares respondieron ¡La Asunción de María!
De esta manera se puso de manifiesto el fervor mariano que profesan los habitantes de esta localidad, que fue amenazada por una violenta erupción del volcán Cerro Negro en el año 1947.
El júbilo, que marca la noche del 14 de agosto, estuvo motivado con los festejos, acompañados de fuegos artificiales y otras expresiones culturales como los toros encuetados, que dan inicio a la celebración en la Plaza Parque Central Juan José Quezada, frente a la icónica Catedral de León.
Monseñor Sócrates René Sándigo, encargado de dar el grito inicial desde la Catedral, recordó cómo el pueblo Leonés había trasladado la ciudad hasta este punto producto de otro desastre natural.
Fue gracias a la oración y la intercesión de la Virgen, que ocurrió el milagro de proteger el nuevo hogar que habían elegido.
"Hoy esta noche a los pies de la Santísima Virgen María estamos aquí para cumplirle, para decirle que le seguimos agradeciendo y que no nos hemos olvidado lo que hizo y lo que sigue haciendo por nosotros. De allí que aún siendo lunes, día laboral, delante de todos y con todos ustedes decimos ¿Quién Causa Tanta Alegría", dijo, seguido de la respuesta de los presentes y una sirena que retumbó por todos los edificios coloniales.
La actividad atrajo a muchos turistas locales y visitantes de otras nacionalidades, como el caso de Bart, de Holanda.
"Está muy feliz y muy, muy bien. Andamos de turismo, soy holandés y he viajado por Guatemala, Honduras y ahora aquí", dijo con el poco español que pudo articular.
Irving Velázquez, originario de Tipitapa, dijo que acompaña a la Virgen por cuatro años seguidos.
"Por un milagro que tuvimos en la familia de nosotros. Con la pandemia del Covid, venimos desde Tipitapa, a pagar promesas año con año. Mucha participación hubo hoy y veo más gente hoy", explicó.
La alcaldesa de León Gissela Lacayo, afirmó que está gritería de penitencia reúne a las familias en un solo sentir.
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"Y como podemos observar, el pueblo de León se desborda, realizan altares, realizan novenarios de la Purísima y visitantes vienen a nuestra ciudad a conocer está devoción, a vivirla, a sentirla, está devoción Mariana de nuestro pueblo y que nuestro Gobierno también revolucionario, está promoviendo nuestra cultura, nuestra tradición y acompañando nosotros como Gobierno acompañando a nuestro pueblo", manifestó.
En sus hogares las familias leonesas resguardan también con fervor las tradiciones.
En el caso de la doctora Fátima Núñez, es una tradición que ha estado presente en su familia desde que tiene uso de razón.
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"Esta para nosotros los leoneses es una promesa que le pagamos nosotros a la Virgen. Parece mentira pero los que hemos sufrido todo eso valoramos esa intersección de la Virgen María ante su hijo Jesucristo. Es una devoción parecida a la del 7 de diciembre pero los motivos, los fines son diferentes", comentó.
Esta tradición ha sido trasladada de generación y se pueden ver a jóvenes niños y adultos recorriendo las calles, cargando bultos y lanzando el grito.
Asimismo, en las casas muchos jóvenes se pueden ver repartiendo dulces y diferentes artículos desde bandejas plateadas con decorados barrocos, que sirven de conexión entre las tradiciones de antaño, con las nuevas generaciones que dan cumplimiento a la promesas que hicieran muchos de sus abuelos y abuelas.