En el occidente de Nicaragua existen dos lugares donde el verano se disfruta al máximo: Poneloya y Las Peñitas, las playas favoritas de muchas familias que buscan sol, la gastronomía tradicional y el descanso.
Durante esta temporada, estos destinos leoneses han recibido a decenas de visitantes que aprovecharon el buen clima para desconectarse de la rutina y reconectarse con la familia, la naturaleza y la buena comida.
Los visitantes compartieron cómo han sido sus experiencias en medio del ambiente playero: “Aquí hay seguridad, alegría para los niños y espacio para todos. La playa está maravillosa”, aseguró Juan Carlos Estrada, quien resaltó lo accesible del lugar y lo bien que la pasan cada vez que regresan.
Adolfo Espinoza regresó a Nicaragua tras pasar bastante tiempo en Texas. Su objetivo fue disfrutar el clima y las bellezas naturales del país.
"Tengo varios días aquí, pasar aquí con la familia. Y aprovechar el bonito clima que hay aquí, ya estuvimos allá en Diriamba, en La Boquita y venimos ahora aquí a disfrutar el bonito clima que hay aquí y la comida, el arroz a la valenciana, el baho", destacó.
María del Carmen Alarcón, por su parte, no se guardó elogios. “Gracias a Dios todo va bien. Qué bonito está esto. Hay comida, ambiente, y la pasamos como en una película”, dijo con entusiasmo.
Ambas playas, a solo minutos de la ciudad de León, ofrecen una combinación ganadora, belleza natural, ambiente familiar y opciones gastronómicas para todos los gustos. Ya sea para pasar el día o quedarse el fin de semana, Poneloya y Las Peñitas son ese tipo de lugares que no solo se visitan, sino que se viven.
Sandrine Annick Jocelyne Vezoe, propietaria del reconocido hotel y restaurante La Barca de Oro dio algunas pistas de lo que hace especial este destino.
La mujer de origen francés y con más de 30 años en Nicaragua, lleva 21 al frente de este acogedor rincón frente a la bocana de Las Peñitas.
“Este lugar es familiar, con piscina para niños, menú variado, incluyendo opciones vegetarianas y una atención con cariño. Siempre estoy aquí para saludar a mis clientes”, comentó Sandrine.
Ubicados frente a la reserva natural Isla Juan Venado, los visitantes pueden disfrutar de paseos en kayak, observar fauna silvestre y relajarse en aguas tranquilas ideales para niños.
“Estamos full gracias a Dios. Las familias desayunan y salen a caminar por la bocana, donde el agua es limpia y sin olas. Es una experiencia completa”, agregó Sandrine.