La vicepresidenta de la República, compañera Rosario Murillo, destacó que vivimos en una Nicaragua fortalecida en la fe, en la esperanza, en un país que le canta a la vida, al amor y a la esperanza.

“En palabras de Rubén y en palabras de nuestro pueblo, que cree y ama a Dios nuestro Señor y bendice su nombre eternamente y para siempre: Un pueblo que cada día, todos los días, bendice la grandeza de Dios, celebramos sus obras y anunciamos sus poderosos hechos”, dijo.

La compañera leyó un fragmento de la Biblia:

“Del poder de sus hechos estupendos hablan los hombres y las mujeres y proclamaremos sus grandezas”.

Salmos 145:7-10

Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
Y cantarán tu justicia.
8 Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
9 Bueno es Jehová para con todos,
Y sus misericordias sobre todas sus obras.
10 Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos te bendigan.

Agregó la compañera Rosario que, en esta Nicaragua de fe, de vida, de esperanza, de familia, de comunidad, vamos adelante proclamando “¡Paz, paz, paz!”, y trabajando todos los días para construir esa paz entre nosotros como pueblo de Dios, entre la familia, entre las personas, entre las comunidades, entre todos los sectores de nuestro pueblo.

“Sabemos que Dios ama a los justos, confiamos en Dios y trabajamos por la paz, desde el amor de Dios. Este es el punto de partida para la restauración”, subrayó.

Agradeció todos los mensajes recibe de diferentes hermanos llenos de fe y esperanza los que calificó de fuente del fortalecimiento, del compromiso que todos los días nos anima a encontrar a Dios en todo lo que hacemos, de invocar a Dios cada día para seguir de frente y para seguir fortaleciendo esta tierra de paz, de esperanza, de cariño, de trabajo, de seguridad y armonía.

“También hablaba Darío de la armonía. Nosotros no nos cansamos de invocar a los grandes nicaragüenses orgullo de nuestro país, orgullo del mundo, armonía, cajas de esperanza y armonía que abrimos todos los días desde la fe y desde la certeza de que las promesas y los planes de Dios para Nicaragua son grandes”, afirmó.

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