El genio de los cómics que dio vida a algunos de los personajes más importantes del género, murió hoy a los 95 años de edad.
No se ha confirmado el motivo de su muerte, pero las reacciones y comentarios en redes sociales de gente que lo conocía o admiraba no se hicieron esperar.
Su nombre real era Stanley Martin Lieber y nació en el seno de una familia judía de origen rumano el 28 de diciembre de 1922 en Nueva York. De joven desempeñó todo tipo de oficios hasta que empezó a trabajar en la empresa Timely Comics, en 1939, editorial que evolucionaría hasta convertirse en Marvel Comics.
Su debut en las historietas fue escribiendo diálogos para algunos ejemplares de Captain America, en 1941, en los que empezó a usar el nombre de Stan Lee. El primer superhéroe que inventó se llamó Destroyer y apareció en la historieta Mystic Comics #6 (agosto de 1941).
Pero el genio de Stan Lee no se manifestó hasta finales de los años 50 del siglo pasado, cuando introdujo un concepto que fue revolucionario en el mundo del cómic: el de la "humanidad defectuosa". Hasta entonces los superhéroes eran perfectos, sin problemas o defectos.
Stan Lee introdujo en sus personajes rasgos humanos como la ira, la melancolía o la vanidad. Los héroes de Lee también tenían problemas cotidianos: debían pagar las facturas o sufrían de desamor.
El legado de Stan Lee en la cultura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX es inmenso e incuestionable. Los personajes que ayudó a crear revolucionaron el concepto del superhéroe y transformaron a Marvel de un sello editorial a una marca de entretenimiento global reconocida en todo el mundo.