Al concluir su misión diplomática como Nuncio Apostólico en Nicaragua, Monseñor Fortunatus Nwachukwu, asegura que se va muy agradecido con el pueblo y satisfecho de ver que este es un país con muchos cambios y puntos positivos.

En entrevista con Canal 13, el Nuncio afirma que logró compartir con todos los nicaragüenses y comprobar que son un pueblo cristiano, con gran amor a Dios, a Jesucristo y a María, y con gran admiración por el Papa.

Una cosa que le llamó significativamente la atención durante sus cinco años de estadía en Nicaragua, fue la Gritería en celebración a la Purísima Concepción de María.

“Me hace pensar lo que significa el amor de la madre. Ustedes saben, yo lo puedo decir, que un pueblo se mide por el amor que tiene por la figura de madre, porque la madre es la vida. No es por casualidad que en la Biblia la mujer se llama Eva”, manifiesta Fortunatus Nwachukwu, explicando que Eva en hebreo significa vida.

“Si yo profeso amor por Jesucristo no puedo no profesar amor por la madre de Cristo y entonces la profesión, el modo de celebrar ese amor a la Virgen, muestra también la fe del pueblo de Nicaragua a la persona de Jesucristo”, explica.

“Es por eso que la fiesta de la Purísima habla mucho, dice mucho sobre la fe del pueblo nicaragüense en la figura, en la persona de Jesucristo, nuestro salvador”, agrega.

El representante del Papa Francisco dice ser un gran admirador de los altares a María, por lo que cada año aprovechaba para visitar los que tradicionalmente se instalan en el centro de Managua. Sin embargo, se muestra aún más admirado por esa expresión de amor hacia María que se manifiesta en cada familia que construye su altar en su propia casa.

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Para él todo esto es una muestra de la gran caridad que tiene el pueblo, el cual desde inicios de año empieza a ahorrar dinero para adquirir todo lo que obsequiará el 7 de diciembre cuando se celebra la Gritería.

La Purísima es un espejo de la caridad que vive el pueblo nicaragüense, la solidaridad que vive el pueblo nicaragüense”, acentúa.

Explica que la Gritería es algo bíblico, pues representa una expresión de “gozo frente al regalo que el Señor nos ha hecho por medio de una mujer”.

Un pueblo con valores va hacia el bien común

Otra cosa que captó la atención al alto prelado es que todas estas manifestaciones religiosas cuentan con el respaldo del gobierno central.

Naturalmente es un modo muy importante para apoyar a los cristianos. Un pueblo sin valor es un pueblo que va hacia la ruina, pero un pueblo con valor sí que es un pueblo que va hacia el bien común”, indica.

También se muestra muy satisfecho de la firmeza con que en Nicaragua se apoya a la vida, sobre todo a “la vida no nacida”. “Para mi vale también hablar de la atención que se da, y yo lo he visto, a las personas más desamparadas”, destaca.

Nicaragua está cambiando

El representante del Papa Francisco dice que la diferencia con todos lugares donde ha vivido es que en Nicaragua se ve que hay cambios positivos palpables.

En este país yo no esperaba una situación perfecta. Yo he vivido en distintos países y en comparación yo digo que en este país he visto muchos muchos puntos muy positivos”, apunta.

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Para dar una idea de cuan inmerso estuvo en su labor evangelizadora, basta decir que el Nuncio logró visitar todo el territorio nacional. Asegura que solamente en dos ocasiones viajó al interior del país en avión, y que el resto de visitas las hizo por tierra, lo que le permitió una mayor cercanía con las comunidades.

Dice estar claro que la Nicaragua de hace cinco años no es la misma de hoy.

“Claro que ha habido cambios. Acá en la carretera sur, en el país se ven cambios”, afirma.

Entre los ejemplos cita lugares de la Costa Caribe que eran de difícil acceso pero que ya cuentan con proyectos carreteros en construcción, como Mulukukú-Siuna, Nueva Guinea-Bluefields o El Tortuguero-Wapi.

Es una cosa que se ve. Al menos a nivel de las infraestructuras yo puedo decir que yo sí he visto cambios”, destaca.

Manifiesta que esto posibilitará muchas cosas y saluda a la Conferencia Episcopal que piensa desarrollar un proyecto para que todos los seminaristas pasen su primer año en Bluefields.

“Significa poner al clero nicaragüense en contacto con la población de la costa”, señala.

La no violencia

No obstante, subraya que hay espacio para mejorar y que para él es fundamental seguir el camino de la no violencia.

Una cosa que es importante para mantener el camino de desarrollo entre un pueblo es el camino de la no violencia … porque cuando entra en juego la violencia destroza todo, no se puede más avanzar”, advierte.

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Recuerda que a principio de año el Papa dio a conocer un mensaje en saludo al Día Mundial de la Paz.

Asegura que en esa ocasión fue a la Costa Caribe “predicando ese evangelio de la no violencia”.

“Algunas personas, sí se sabe, me entendieron mal, me interpretaron mal, me presentaron mal como si estuviera contra el Papa, mientras yo estaba diciendo palabra por palabra lo que enseñaba el Papa, usar la no violencia como un estilo característico para llegar a la paz y naturalmente para llegar a solucionar aún las situaciones más delicadas, porque las armas solamente llevan a más armas”, explica.

Nicaragua fue una sorpresa para él

Nwachukwu asegura que cuando arribó hace 5 años le habían advertido que Nicaragua era una nación pobre, violenta y que por tanto tendría un destino muy difícil. Aunque enfatiza que no le tomó mucho tiempo convencerse de lo contrario.

Me decían que Nicaragua es un país difícil con violencia, con pobreza, el segundo más pobre de las américas. Entonces yo llegaba con un poquito de preocupación, pero tengo que decir que después de apenas un mes, dos meses, yo empecé a decirme que si dificultad de un país, de un destino, es como la que tengo en Nicaragua, entonces bienvenida la dificultad”, subraya.

Por eso es que el Nuncio afirma que lo que más le gustó de Nicaragua fue la acogida del pueblo.

Yo se que era un amor hacia el Papa, el sucesor de Pedro, pero también en algún modo yo aprovechaba ese amor hacia el Papa, tenía que ser yo la persona que recibe este amor para transmitirlo al Santo Padre. La cosa que me ha tocado más profundamente era esta acogida que he vivido en cada parte, sea de San Rafael del Norte hasta san Rafael del Sur o sea entre los miskitos. Yo la primera vez que fui entre los miskitos viajé durante casi 24 horas”, manifiesta.

Es una linda cosa trabajar, vivir con gente creyente, sobre todo gente que ama a la Santísima Virgen, gente que ama a Jesús, sobre todo a Jesús en el sacramento de la eucaristía, gente que ama también profundamente al Santo Padre, yo me sentía muy bien en este país”, asegura el representante del Vaticano.