Una inundación repentina mató a cinco niños y cuatro adultos que estaban disfrutando de una tarde de verano refrescándose en un arroyo de una reserva nacional en Arizona. Las aguas tranquilas se volvieron mortales sorpresivamente. Los equipos de auxilio rescataron a cuatro personas y el lunes seguían buscando a un niño que está desaparecido.
El grupo de visitantes procedía de las áreas de Phoenix y Flagstaff. Se habían reunido el sábado para una excursión de un día a lo largo de una popular zona de natación cerca de Payson, a unos 100 millas al noreste de la capital. Instalaron sillas de descanso y otras cosas sin saber que una tormenta intensa estaba descargando lluvias fuertes justo río arriba, en el Bosque Nacional Tonto.
La tormenta desató una inundación de casi 6 pies de altura, con aguas oscurecidas por las cenizas de un incendio reciente que arrasaron con la familia y sus amigos, que no sospechaban nada. El torrente también se llevó consigo ramas y otros escombros.
Un niño de 13 años seguía desaparecido el lunes. El jefe de policía del condado Gila, David Hornung, dijo a The Associated Press que el grupo se reunió para un día de campo cerca de la popular piscina natural del cañón de Cold Springs y que se encontraban jugando en el agua la tarde del sábado, cuando una inundación lodosa se trasladó por el cañón.
Personal de búsqueda y rescate, incluyendo 40 personas a pie y otras más en helicóptero, recuperaron los cadáveres de las nueve víctimas a nos 3.2 kilómetros (2 millas) río abajo.
Las víctimas iban de una mujer de 60 años a una niña de 2. Las autoridades no las identificaron. Otras cuatro personas fueron rescatadas y trasladadas a un hospital en Payson para recibir tratamiento por hipotermia.
El personal rescató a cuatro personas después de que escucharon los gritos mientras asistían a un caminante herido en las cercanías.
Los cuerpos de emergencia recorrieron el domingo un tramo de 5 millas del río East Verde y tenían previsto continuar hacia el sur.
Hornung dijo que las corrientes fuertes y traicioneras arrasaron durante unos 10 minutos antes de perder fuerza río abajo. Calculó que las aguas alcanzaron una profundidad de 6 pies.