El maestro Ronald Abud Vivas ha puesto en escena magistrales espectáculos desde hace 54 años. Toda una vida dedicada a promover el arte y la cultura.

Desde los 15 años supo cuál sería su camino en la vida. La inspiración y el talento los traía en sus genes y persiguió los latidos de su corazón hasta llegar a convertirse en el maestro y director del Ballet Folklórico Nicaragüense.

Con su ingenio y creatividad ha llenado por décadas el Teatro Nacional Rubén Darío y las plazas de toda Nicaragua.

"Mi inspiración es aportar al desarrollo de la cultura, aportar al conocimiento y nuevos valores a los jóvenes. A los jóvenes que van despertando les hago el llamado a que hay que estudiar, hay que investigar, hay que soltar la imaginación y ser creativos", expresó Vivas.

"Mi trabajo que ya tiene una identidad les puede servir de guía y faro de orientación para el futuro. Desde 1969 yo promuevo la cultura y la danza. Comencé en mi pueblo natal Diriamba en el ballet”, aseguró.

Uno de los programas que ha cambiado la forma de ver el arte en las escuelas es el programa de talleres, arte y cultura.

El maestro Ronald Abud explicó en qué consiste el programa de talleres, arte y cultura que se promueve desde el Ministerio de Educación de Nicaragua.

“Consiste en que el maestro tenga una formación integral de arte cultura y tradición, hacemos una conferencia magistral en la mañana, luego hacemos un diagnóstico sobre los conocimientos que tienen y conforme a la currícula del Ministerio de Educación hacemos un recorrido por las diferentes expresiones desde la isla de Ometepe, en Nandaime, en Jinotepe, Masaya, Nagarote, seguimos por la Meseta de los Pueblos, pasando por Masaya y toda sus expresiones folclóricas y vamos al de Diriamba que es junto a Masaya la que más tiene expresiones culturales, nos venimos al Occidente y pasamos al Norte, Costa Caribe Sur y Norte”, indicó.

“Cuando yo llegué al ministerio hace 7 años, hacían algunos bailes y muchas veces los niños no comprendían bien, pero ahora uno ve a los niños en los actos culturales y los ves a los niños con un conocimiento más básico de la danza”, contó Ronald Abud.

La danza no solo crea artistas, también promueve cambios de comportamiento y actitud.

“La cultura, la danza ayuda al desarrollo de los estudiantes porque conlleva a la formación integral, a su seguridad, integridad física, los niños desde la educación inicial aprenden elementos que les ayudan a desarrollar, por ejemplo, a dejar la timidez, conocen el uso del espacio, de los tiempos, el ritmo, las dinámicas y no solo el niño también el maestro aprende con el niño y eso es lo bonito de estas clases”, aseguró.

“A los maestros que nosotros le enseñamos son multiplicadores. Es una idea brillante del Compañero Daniel y la Compañera Rosario, recuerdo que el Comandante Daniel me dijo: mirá, tenemos que motivar a los estudiantes en el arte y cultura porque las redes son muy invasivas, pero hay que empezar con el maestro que es el formador y eso se me quedó a mí y creo que fue lo correcto. No es que satanicemos que el joven baile rap o reggaetón, sino que conociendo nuestra cultura aprenda a valorar nuestra identidad, a amarla, a proyectarla y a conocerla, porque es lo que nos hace más nicaragüenses y más orgulloso de vivir en esta patria hermosa”, afirmó el maestro de generaciones.

Orgulloso de ser guía para las generaciones

“Creo que la concurrencia masiva de la gente en todos mis espectáculos hace que me sienta orgulloso de mi trabajo y también otra satisfacción que he tenido es que mis montajes sirven de guía a los jóvenes y pienso que tengo la aceptación del público, primero porque mi escuela tiene un estilo y una temática, una personalidad definida, de manera tal que el público nunca pierde el interés, otro aporte mío creo que es haber sido pionero en lo que se refiere a que los bailes vayan uno tras otro”, reafirmó.

Sobre su tierra natal, expresó “Diriamba es rica en folclor y nos entregó viva la obra de teatro, comedia bailete, comedia de teatro Macho Ratón, que la Unesco la hizo un patrimonio intangible de la humanidad, es decir, ya no es de Diriamba es del universo, de la humanidad. Me siento muy orgulloso que hemos puesto este espectáculo cada 20 de enero durante 44 años y sigue llegando a la gente".

“Espero que la vida me siga dando el talento y el conocimiento para seguir dando más a mi país. Gracias a Dios que ahora se están multiplicando los grupos. Le digo a los nicaragüenses que amemos y apoyemos a nuestros hijos, que aprendan danza, arte y cultura”, culminó Ronald.

El maestro ha cumplido 72 años, un largo camino de enseñanza de las raíces nicaragüenses.

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