La Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR) desarrolla su foro anual en el que se valoró la situación actual del rubro, las nuevas tendencias productivas amigables con el medio ambiente y el cambio climático, así como los nuevos retos para la sostenibilidad en la producción.

“El Gobierno nos ha prestado mucho interés al respecto, ya que sino fuese por ellos no estaríamos aquí, la tecnología, avance y parte técnica que hemos logrado hasta la fecha ha sido por el apoyo del Gobierno. Hemos caminado de la mano, Gobierno, agricultores, industria, comercio para poder llevar al consumidor un precio y calidad de producto que se merecen”, refirió Juan Carlos Amador, presidente de ANAR.

Actualmente, la producción de arroz en Nicaragua garantiza la seguridad alimentaria de las familias y el abastecimiento del mercado nacional, siendo posible a través del cumplimiento en las metas de producción establecidas.

Gracias a la unión en el rubro hemos logrado que los productores hoy en día sean sostenibles, rentables y eso genera fortaleza bancaria, agrícola y mayor posición en el mercado. Hoy en día, la sostenibilidad en el agricultor es casi de un 100% debido a que hemos producido más por manzana. Antes teníamos un déficit en Nicaragua apenas producíamos un 50% del consumo nacional, actualmente producimos casi el 80% del consumo nacional, las importaciones para nosotros son cada vez menos”, destacó Amador.

La adaptación de los productores al uso de las nuevas tecnologías ha generado excelentes resultados, partiendo del cuidado de los recursos naturales desde sus parcelas.

“El sector arrocero ha hecho un esfuerzo desde hace muchos años, hemos estado trabajando en investigaciones en conjunto con el Gobierno, Ipsa, para llevar el arroz a rendimientos que nos permitan competir. Hemos realizado un esfuerzo de tecnificación a todos los niveles y eso nos ha llevado a una mayor productividad pasando a importar nada más el 25% de arroz para el consumo nicaragüense, expresó Fernando Mansell, productor de Sébaco.

Entre los temas abordados en el foro está la bioestimulación de los cultivos, un mecanismo que permite el cuidado de las plantaciones, el uso adecuado del agua y los mecanismos para el no uso de agroquímicos.

El objetivo es que los productores puedan enfrentar los cambios más rigurosos que tenemos en el sector agrícola, parte del manejo integrado tiene que ver mucho con el tratamiento del estrés en las plantaciones y eso se asocia con los factores ambientales, altas temperaturas, bajas precipitaciones, baja disponibilidad hídrica. La bioestimulación se compone como un elemento fundamental que nos ayuda a construir y asegurar la productividad”, finalizó Luis Diego Fernández, investigador costarricense.

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