Resumen Ejecutivo
Presentamos al pueblo nicaragüense y a la comunidad internacional el “LIBRO BLANCO NICARAGUA ANTE LA PANDEMIA DE COVID-19: UNA ESTRATEGIA SINGULAR”, el cual contiene un análisis de las políticas públicas, presentando una visión del modelo de salud de Nicaragua, como un modelo único en el mundo, basado en la realidad y condiciones del país, que atiende con un enfoque preventivo a personas, familias y comunidades con acciones proactivas. Dentro de dicho modelo tenemos una estrategia de equilibrio entre la Pandemia y la Economía, luchando vigorosamente contra el Coronavirus y la COVID-19 sin cerrar nuestra economía. La política se basa en el hecho de que el 40% de la población vive en el campo y el 80% de los trabajadores del área urbana pertenecen al sector informal y ganan su sustento diario. A la vez, estamos defendiendo la recuperación económica de una economía debilitada por el intento de golpe de Estado de abril de 2018, que continúa bajo ataque por campañas de noticias falsas (“fake news”) y desinformación, así como ilegales medidas coercitivas.
El país ha estado bien preparado para esta lucha contra la COVID-19, debido a:
1) El fortalecimiento del sistema de salud (2007-2020);
2) Preparación desde enero del 2020, dos meses antes de la aparición del primer caso; y 3) El conjunto de acciones emprendidas.
Fortalecimiento de la salud 2007-2020
Se presenta cómo Nicaragua está en mejor posición hoy en día, comparada a los dieciséis años de período neoliberal, para enfrentar la pandemia, con más infraestructura de salud modernizada (18 nuevos hospitales), con más personal capacitado (36,649 trabajadores de la salud en 2020 comparados a 22,083 en 2006; 6,045 médicos en 2020 comparados a 2,715 en 2006) y con programas emblemáticos y solidarios que ponen de manifiesto el compromiso sagrado del GRUN por restituir derechos a la población (Todos con voz, Amor para los más chiquitos y chiquitas, Operación Milagro), a partir de la organización del Modelo de Salud Familiar y Comunitario (MOSAFC), trabajando en conjunto con la red comunitaria y con una mayor inversión presupuestaria (USD 468.6 millones en 2020 comparados a USD 111.9 en 2006).
Preparación para el COVID-19
Cuando se produjo el brote de COVID-19 en Wuhan, China, el 21 de enero, el Ministerio de Salud (MINSA) realizó una Conferencia de Prensa para advertir a la población sobre el riesgo y comunicar medidas de prevención. Esto es casi dos meses antes de la presentación del primer caso en Nicaragua, el 18 de marzo. Desde la declaratoria de la Organización Mundial de la Salud de la COVID-19 como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII), el 30 de enero de 2020, Nicaragua estableció una Comisión Interinstitucional, para asegurar un enfoque comprensivo.
El 9 de febrero, el MINSA dio a conocer un “Protocolo de Preparación y Respuesta ante el Riesgo de Virus Coronavirus (COVID-19) en Nicaragua”, para asegurar la vigilancia, detección temprana de casos sospechosos y confirmados. Se establecieron medidas preventivas para reducir la transmisión del virus y se implementó un plan comunicacional permanente, dirigido a la población, y se han llevado a cabo acciones de educación y control fronterizo, basados siempre en los Protocolos de la OMS/OPS.
El Protocolo también designó 19 Hospitales para ser especializados en COVID-19, uno de ellos, el Alemán Nicaragüense, exclusivamente para enfermedades respiratorias; contempló mayor preparación de las unidades de atención primaria para el abordaje de los cuadros respiratorios a nivel nacional, el entrenamiento de personal público y privado, y la adquisición de equipo de protección. Nicaragua también tenía establecida una capacidad de seguimiento a contactos. Así, Nicaragua estuvo preparada antes de la aparición del primer caso de COVID-19 en el país el 18 de marzo.
Acciones frente al COVID-19
Como parte del Protocolo diseñado por el MINSA en respuesta a la pandemia del Coronavirus y la COVID-19, en Nicaragua se ha atendido y dado seguimiento responsable y cuidadoso a 470 personas sospechosas o que han tenido contacto con los casos confirmados en el país.
Así mismo, más de 42 mil viajeros internacionales fueron sujetos de vigilancia por 21 días para detectar posibles casos de COVID-19.
Este seguimiento dado a los viajeros, casos sospechosos y contactos de casos positivos, incluye la realización de controles diarios del personal de salud del Puesto o Centro de Salud más cercano a su domicilio, a partir de los cuales el personal médico decide diariamente las acciones pertinentes: continuidad del seguimiento, hospitalización o alta, según sea el caso. Más de 4.6 millones de múltiples visitas educacionales casa a casa fueron realizadas en un país de 6.2 millones de habitantes, por 98,224 voluntarios para promover la salud familiar y comunitaria.
Además de una intensa campaña informativa en los medios acerca de las medidas de prevención, divulgación de los síntomas y actuación ante la enfermedad, también se ha creado un Centro Nacional de Información que cuenta con una línea telefónica gratuita en la cual personal preparado y médicos despejan cualquier duda que pueda tener la población y la orienta adecuadamente sobre cómo actuar ante la pandemia.
Además, se cuenta con un programa de desinfección de unidades de transporte público, tanto colectivo (autobuses) como selectivo (taxis); mercados populares, edificios gubernamentales y centros de estudio a todos los niveles, preescolar, primaria, secundaria y universidades públicas.
El Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Universidades, en coordinación con el Ministerio de Salud, además, han adecuado sus instalaciones físicas, han diseñado protocolos de prevención y han ajustado sus programas de estudio para incluir charlas de salud preventiva y reforzamiento de hábitos saludables para todos sus estudiantes.
Conclusiones
En síntesis, Nicaragua, el segundo país más pobre de América Latina y el Caribe, ha estado preparada para enfrentar la pandemia de la COVID-19 y cualquier otra similar, así como ha estado preparada para enfrentar desastres naturales debidos al clima, como huracanes y sequías, o a fenómenos geológicos, como terremotos o erupciones volcánicas, principalmente por razones de su propio modelo de respuesta en salud, que es de carácter eminentemente preventivo y basado en la participación activa de la familia y la comunidad, pero también porque ha invertido una parte fundamental de sus escasos recursos económicos en la construcción de nuevas unidades de salud y en la modernización de las ya existentes, así como en el crecimiento numérico y en la mejora continua de su personal médico, de enfermería y técnico, además de su distribución más equitativa en todo el territorio nacional.
Adicionalmente, ante la aparición misma de la COVID-19, las respuestas dadas por el Gobierno de Nicaragua se han realizado en coordinación con las instancias regionales del SICA y contando además con la cooperación de naciones hermanas como Taiwán, Cuba y Corea del Sur.
Nicaragua ratifica, pues, su confianza en el éxito de sus políticas basadas en la defensa de la salud y la vida de las familias y comunidades, con su participación activa en la prevención de enfermedades, epidémicas y no epidémicas, pero también en resguardo de la economía familiar, comunitaria, local y nacional, lo que ha permitido y seguirá permitiendo nuevos logros en la lucha contra la pobreza y por el desarrollo humano del país, aún en tiempos adversos de crisis económica y cambio climático, aún en tiempos de COVID-19.