El inmenso amor a la Virgen María que ha tenido la familia Hernández Páramo del barrio Liberia, ha sido heredado por las diversas generaciones y ahora doña Juana Sofía Páramo Ordóñez la está trasladando a sus hijos, nietos y bisnietos.
En este popular barrio del Distrito Cinco de Managua cada 7 de diciembre se vive con mucha devoción las festividades de la Purísima y en esto algo de culpa tiene doña Juana Sofía que durante 61 años ininterrumpidos lo viene celebrando.
Este año no fue la excepción para que esta familia rindiera honores a la virgencita y en la que todos contribuyen de diversas maneras para hacerla realidad.
Doña Juana Sofía relató que el amor hacia la Concepción de María lo heredó de sus padres que también lo aprendieron de sus antepasados.
"Esta tradición viene desde mis abuelos, de mis padres, ahora vienen mis hijos y mis nietos. Ya son 61 años que tengo de celebrar la Purísima, desde mis 16 años, desde que me casé", relata doña Juana Sofía.
En esta celebración la tradicional gorra se compone este 2019 de una porción de arroz a la valencia y una nacatamalada. Este año se preparó comida para más de 800 personas que la reciben en los diversos rezos que realiza la familia Hernández Páramo a las 12 del mediodía, a las 6 de la tarde y 12 de la noche del 7 de diciembre.
La Virgen María es milagrosa
La celebración de este año es muy especial para esta familia y para doña Juana Sofía que se recupera de una cirugía en la que le extirparon una hernia, que le diagnosticaron cuando llegó al hospital de emergencia tras sentir dolores de espalda que ella asoció a una caída que sufrió hace algunos meses.
La operación para extirpar la hernia era complicada por el lugar donde se encontraba alojada y por los 71 años de doña Juana Sofía que se encomendó a la virgen y está le cumplió el milagro de tener una recuperación rápida y satisfactoria.
"Yo le dije al doctor que tenía que hacer la Purísima y el me respondió pues hay que rezarle mucho para que se recupere lo más pronto y vea aquí estoy celebrándola. Gracias a Dios me recuperé", dijo Juana Sofía.
En esta Purísima participan toda la familia en la elaboración del altar y de los alimentos que se entregan a los asistentes.
"Yo le pido la paz porque eso es lo que quiere el pueblo y toda Nicaragua", dice.
Juliana Hernández, hija de doña Juana Sofía manifestó que la familia en cada celebración mariana se une más porque todos se reúnen para darle las gracias por las buenas cosas que recibieron en el año.
"Toda la familia está involucrada desde cocinar los nacatamales y el arroz valenciana. Hicimos alrededor de 400 nacatamales que se entregan en los diferentes rezos que se hacen, aquí vienen fila de gente que ya saben de nuestra devoción", cuenta Juliana.
El mes de diciembre, simboliza alegría, religiosidad, fiestas, pero sobre todo unidad familiar, quienes contribuyen a esta celebración única en el mundo quienes piden a la virgen santísima que reine la paz la estabilidad y el progreso del país.