El Presidente Daniel Ortega, en el contexto del 43avo aniversario de la muerte de Carlos Fonseca Amador hizo un repaso histórico sobre el contexto de la caída en combate de la leyenda, que desde las filas roja y negras identifican como el padre de la revolución sandinista y sin duda resultó refrescante para un partido que como el FSLN tiene una membresía multitudinaria que nunca termina de construirse, que siempre se está reinventando y que como pocos en el mundo tiene en su calendario partidario efemérides originadas en reveses que por muy continuas que fueran, ante la desigualdad de lucha contra quien fue su enemigo, militarmente hablando, tuvo siempre la capacidad de convertir las batallas perdidas en igual cantidad de victorias.

Estando desde aceras diferentes al frente sandinista yo siempre dije a mis correligionarios liberales, con muchos más años de existencia partidaria que había que aprender de ellos y trabajar como ellos para poder acceder al pueblo, pero que va ni lo entendieron ni lo entenderán.

Fui invitado, como parte del Movimiento de Comunicadores Patrióticos, a la conmemoración del 43 aniversario de la caída en combate de Carlos Fonseca Amador, pero por razones ajenas a mi voluntad no pude. Sin embargo, desde la transmisión televisiva capté una convocatoria a una asamblea partidaria cuya disciplina y organización no sorprende, que llena a reventar siempre cualquier espacio, por muy exigente que sea, que tiene por componente la vitalidad de la juventud, de la sangre nueva que representa el futuro, por cierto, material humano exageradamente escaso, anémico, fantasmal e inexistente en los partidos tradicionales que son más conocidos por sus odios y resentimientos pero no por sus obras.

No estoy diciendo nada nuevo sobre el escenario característico de las asambleas, de las marchas de las concentraciones o de cualquier otra expresión a través de la cual el FSLN quiera expresarse porque ya nos tienen acostumbrados a los nicaragüenses aquí y a los extranjeros allá porque desde afuera siempre se dice que el sandinismo es una multitud, es un pueblo.

La conmemoración del 43avo aniversario de la caída en combate de Carlos Fonseca Amador tuvo por escenario central la Plaza de la Revolución en Managua donde descansan sus restos, pero en todos los departamentos y sus municipios se recordó la fecha, digo yo, con un énfasis muy especial este año porque, en el contexto, hay batallas que los pueblos de América Latina libran por su verdadera independencia contra el enemigo común de la humanidad, el imperio norteamericano, que no cesa ni de conspirar, ni de amenazar ni de agredir a un sandinismo que entre más acosado y asediado está más fortalecido y unido se percibe y eso fue precisamente lo notorio de esa asamblea conmemorativa donde el Presidente Daniel Ortega dejó mensajes sumamente claros sobre la realidad nacional, sobre lo que se desprendió a partir de abril de 2018, sobre cómo estamos hoy y hacia dónde vamos.

Algo que tiene un peso determinante en el contexto de lo ya referido es que el mensaje del Presidente sandinista y del Secretario General del Frente Sandinista de Liberación Nacional fue ante toda la base histórica y sobreviviente del sandinismo.

Si muchas veces el lenguaje corporal dice más que el oral, a veces una mirada o un gesto, es más contundente que una palabra, entonces la presencia ayer de dos comandantes de la revolución y de varios otros comandantes guerrilleros y de otros cuadros fundadores del FSLN que son considerados sandinistones, juntos y a la par de la nueva era que ya está con la antorcha del relevo en sus manos, pero con el mismo espíritu místico de quienes por el tiempo ya saben que están en el ocaso, fue simplemente un mensaje claro de que el FSLN no solo está intacto, sino que hoy es más que ayer porque si antes la democracia era su bandera de lucha para acabar con la explotación y la ignorancia hoy la democracia está ejerciendo desde el poder pero luchando contra el vicio somocista que no quiere pagar impuestos para satisfacer la demanda social de los nicaragüenses y contra la cual también están los sepulcros blanqueados de una iglesia católica que junto a los empresarios olvidaron su razón de ser porque ahora desde los púlpitos los obispos y sacerdotes no evangeliza, ni los empresarios, que lo quieren todo para ellos, no hacen negocios, sino que ambos, se revuelcan haciendo politiquería.

El fortalecido Frente Sandinista, a través de su Secretario General, ha dejado las cosas muy claras; el país seguirá su curso bajo una administración que no se detiene ni se detendrá ni frente a las amenazas externas que financian al terrorismo interno, ni frente al terrorismo interno que financiado por su amo imperial, no necesita ser combatido más allá de lo mediático, porque los que amamos este país “SÍ VAMOS GANANDO Y LOS TENEMOS LOCOS” pues el oposicionismo que tenemos aquí se destruye así mismo ante un pueblo que mayoritariamente los observa con desprecio mientras se prepara y anda para terminar de aplastar en el 2021 a toda esa deformidad mental que todos los días no hace más que cavar su propia sepultura.

El Presidente Daniel Ortega habló en este contexto de los nuevos aires de lucha en América Latina y de los pueblos que se han lanzado precisamente contra las políticas que el neo somocismo quiere aplicarnos en Nicaragua, no a través de propuestas electorales que sean mejores a las del actual partido de gobierno, sino de golpes contra el estado que ya nos causaron un profundo daño a los nicaragüenses y al país.

El Presidente habló en consecuencia de esos empresarios que nadan como el aceite sobre el agua cínicamente pretendiendo que les exoneren todo y que si no es así entonces asumirán el cobarde rol de trasladar al gobierno la responsabilidad de sus quiebras y solo para ganar ellos todo y los trabajadores nada. Cuando el presidente habló en ese momento de las leyes del libre mercado, que efectivamente en ninguna parte establecen que NO SE DEBEN PAGAR IMPUESTOS y que por no tener una visión social en la empresa que fije que el trabajador es hacedor de riqueza, quiebran, en lo particular sentí una gran satisfacción porque es inconcebible que a estas alturas del juego, en plena era moderna, después de las luchas sociales que han protagonizado los pueblos contra sus explotadores, que no se entienda que los negocios los hacen posibles quienes los producen y aquellos que lo niegan son los que quiebran y en hora buena porque de esos fracasos se aleccionan otros emprendedores por cuyo ímpetu, fuerza y compromiso sostienen la economía y saben que de los impuestos, que con satisfacción pagan, porque se utilizan correctamente y de los que nadie se salva, es que se construye el país.

Parte de esa visión oscura, diría demoníaca, del neo somocismo son parte obispos y sacerdotes que han hecho de la otrora respetada iglesia católica, una secta que como graficó el Presidente Daniel Ortega, anda viendo las espigas en el ojo ajeno y no las enormes vigas del propio, porque creen que la pederastia que practican, abusando de menores, el homosexualismo que les es inocultable y que ha resultado hasta en crímenes pasionales, la doble moral de proclamarse célibes siendo ellos hasta padres de hijos e hijas que mantienen en la clandestinidad, como monseñores de oligárquicos apellidos que son tan buenos a las faldas que tienen a la par hasta dos damiselas simultáneamente o de los negocios que hacen de las universidades que inventan y que arriendan con cánones que reciben en miles de miles de dólares o el uso que hacen de los diezmos o las limosnas para vivir palaciegamente que no contribuyen en nada ni para el mantenimiento de la catedral de Managua, que ahora, a cambio de que los terroristas la utilicen para los mítines políticos del golpismo ha asumido mensual y cumplidamente la Alianza Cínica que es la gran creación reconocida por el tristemente célebre de Silvio Báez.

El Presidente Daniel Ortega a propósito de eso de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio también habló del falso paraíso con el que pretende ser visto el imperio, el falso paradigma de la democracia que en realidad es y recordó en contraste con Nicaragua, las masacres de todos los días en esa nación, la inseguridad para sus jóvenes, la represión de su policía contra quienes adversan el sistema, la actitud invasiva de lanzar al ejército contra México a nombre de frenar una migración que el mismo imperio provocó al saquear nuestros recursos, la inmoralidad del libertinaje, el crecimiento económico únicamente para los pocos y la miseria de los muchos y por supuesto la indigencia, el hambre y la falta de techo y cobija para miles y miles que solo son la representación de un sistema inhumano y decadente que a pesar del empobrecimiento, que nos impuso el imperio a través de sus lacayos nacionales, estamos, proporcionalmente hablando, muy lejos de padecer, sobre todo con un gobierno que el golpismo detesta por la visión social que de su revolución tiene.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.