Durante muchos años la alta densidad energética de los frutos secos ha limitado su consumo. Sin embargo, un estudio reciente podría ocasionar que su consumo se dispare, debido a que su consumo reduce los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.

Un grupo de investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, pertenecientes al Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) realizaron el estudio antes mencionado,  se demostró que el consumo de frutos secos  pueden ejercer efectos beneficiosos sobre distintos factores de riesgo cardiovascular, como inflamación, resistencia a la insulina, presión arterial o incluso el perfil lipídico.

En Nicaragua tenemos frutos como la almendra, el marañón, el maní, la cebada que perfectamente cumplen con los requisitos de la investigación. Para la mayoría de los nicaragüenses no es tan complicado conseguir estas deliciosas frutas, se pueden encontrar en todos los mercados del país, y mejor aun en los mercados de frutas, ahí pueden encontrar gran variedad. De igual forma hay empresas que han iniciado a comercializar frutos deshidratados, por ejemplo el banano, la papaya, la piña, entre otros, es una opción para los amigos que desean disminuir el azúcar y la grasa en sus alimentos.

 

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