De acuerdo con Marulanda, lo evaluado durante la reunión con la titular del Medio Ambiente, Juana Argeñal, ha tenido resultados impresionantes y aseguró que la ministra está siendo muy modesta con lo que se ha logrado.
Recordó que hay más de cinco mil hectáreas reforestadas que habían sido taladas, que el proyecto ha llegado casi a 10 mil familias, tanto en Honduras como en Nicaragua, a través de 250 subproyectos en comunidades miskitas, con programas productivos, mientras promueven acciones de conservación del área.
En ese sentido añadió que hay una lista de indicadores que son realmente impresionantes, ya que muestran un éxito para Nicaragua en la conservación de esta zona tan importante para el país, para América Central y para América Latina.
Recordó que del proyecto, que este año culminará, se están recogiendo las mejores experiencias y las lecciones aprendidas.
Doce millones de dólares para el programa
Para el proyecto, el Fondo Mundial del Medio Ambiente destinó alrededor de 12 millones, repartidos así: 5.5 millones para Nicaragua, 5.5 millones para Honduras, un millón para la coordinación binacional y el receptor de la donación es la Comisión Centroamericana del Medioambiente.
Aseguró que Nicaragua ha demostrado capacidad nacional en la ejecución de este proyecto y que ha sido inclusivo con la participación de las comunidades.
Por su lado la ministra del Marena Juana Argeñal, dijo que están, junto con el pueblo y gobierno de Honduras, trabajando para lograr que el Fondo Mundial del Ambiente apoye recursos para una segunda fase de este modelo inclusivo de las comunidades indígenas y que fue impulsado por el gobierno del Presidente Daniel Ortega.
Recordó la ministra que es un modelo interesante porque se trata de planificar con las comunidades, las que son quienes han definido lo que van a hacer con el programa y ellas han dicho que para continuar cuidando la tierra es necesario reproducir plantas medicinales.
Piden apoyo para segunda fase
Agregó que tienen la esperanza que el Banco Mundial apoye la segunda fase, dijo Catalina, porque aseguró que este es un programa que tiene dimensiones centroamericanas, alcances regionales para la convivencia nacional, centroamericana, latinoamericana y del mundo.
Destacó que este es el primer programa regional que existe en el mundo en materia de conservación, pero también de restauración ambiental, donde dos países se unen, con voluntad política al más alto nivel para avanzar en conocer las vivencias y experiencias de comunidades indígenas de los municipios, como ha ocurrido en Waslala y Wiwilí.
La ministra afirmó que hay grandes avances porque se está trabajando con la comunidad organizada, con los productores y con el Poder Ciudadano, con quienes se definieron pequeñas iniciativas de trabajo en la comunidad, como en Waslala donde se dedican al cultivo de cacao.
En tanto, Ramón Canales, de la Secretaría de Desarrollo de la Costa Caribe destacó el trabajo inclusivo de los pueblos indígenas realizado por el gobierno del presidente Daniel Ortega desde el 2007, en un sitio como Bosawás, que es nuestro principal patrimonio natural y un espacio vital para Miskitos y Mayagnas.