Alicia siempre ríe, sueña y piensa llegar largo. Lleva su mochila de un costado y entre brazos carga a su hijo John. Recorre, de la comunidad Los Solanos a Cuajachillo, unos quince kilómetros hasta llegar a su centro de estudios, donde cursa el cuarto año de la Secundaria.
Cada sábado tiene nuevas metas. Su embarazo nunca fue un obstáculo, y su hijo de un año es ahora quien la motiva a seguir subiendo cada peldaño de este novedoso e inclusivo Programa de la Secundaria a Distancia en el Campo, impulsado por el Gobierno Sandinista.
Ser mamá y estudiante, es un sacrificio, pero no un imposible, asegura Alicia Ortiz, quien ha logrado cursar con muy buenas notas cada nivel del Centro Educativo Fray de Jesús de Pamplona, ubicado en la comarca Cuajachillo de la Carretera Vieja a León.
“Desde que inició este programa, decidí aprovecharlo, y llevo bastante tiempo recibiendo mis clases continuas. Dios primero ya me falta poco para salir”, expresa mientras le brotan de sueños sus ojos; seguidamente nos comparte que su próxima meta es cursar una carrera técnica, para salir adelante con el pequeño John.
Su motor es su hijo, y su pasión vienen siendo los estudios, explica. Alicia cada fin de semana despierta, prepara el desayuno, toma el café y se alista para ir a clases. “No hay obstáculos, si uno se lo propone y quiere hacerlo, lo importante es no estancarse, sino seguir tus propios pasos y estudiar”.
La profesora Julia Pérez la vio embarazada. Pensó que desistiría, pero aún con todo lo que implica llevar un embarazo, fue testigo “de sus ganas de triunfar, de querer salir adelante. Luego la vi que venía con su bebé, y era increíble verla cómo se esforzaba”.
Su cuaderno y John
En el salón de clases ubica sus cuadernos y libros sobre el pupitre, mientras le da de tomar leche a John. Lo sienta sobre sus piernas, y le enseña de largo el pizarrón. Hace apuntes en su cuaderno a doble rayas, aprende historia, matemáticas, lengua y literatura, y sus compañeras de clase le tienen admiración.
Para el delegado del Ministerio de Educación de Ciudad Sandino, profesor Rolando Rivas, las Consejerías de las Comunidades Educativas han sido claves para acoger a estas jóvenes madres que también quieren seguir estudiando, y el Programa de la Secundaria a Distancia en el Campo ha sido elemental.
“En este programa educativo no hay exclusión alguna, porque la educación es para todos, como uno de las principales restituciones de derecho de nuestro Gobierno, a través del Mined”, explica Rivas, quien agrega que a todos los protagonistas de la Secundaria en el Campo se les garantiza transporte, merienda escolar, libros de textos y paquetes escolares.