El amor no entiende de edad, sexo, raza, tamaño, el amor es incondicional y muestra de ello es lo que viven Oscar Blandino, de 28 años, y Katherin Martínez, de 24, quienes se conocieron hace un poco más de dos años sin imaginar que un día llegarían a formar una familia.
Sus primeros encuentros no fueron presenciales a como una pareja convencional lo haría, fue por medio de las redes sociales y a medida que fue pasando el tiempo se fue hilvanando el hilo de su historia de amor.
Katherin expresó que todo fue rápido, chateando por medio de Facebook. “Él tenía su perfil y como sigo varias páginas, yo empecé a seguirlo. Luego se hizo un grupo y ahí me agregó y empezamos a chatear y chatear”, comentó Martínez.
Oscar explicó que ha creado páginas en Facebook como NICOYITA, y luego forma grupos en donde promueve la interacción entre personas, y ya se ha dado casos que se han formado parejas, incluso casados, pero nunca pensó que a él le pasaría.
Dijo que cuando la agregó al grupo, a Katherin la vio como una chica cortante por lo que decidió chatearle y comenzaron a comunicarse, aunque ella siguió por un tiempo seria, llegó un momento en que ya la hacía reír con sus ocurrencias y luego se decidió a decirle que le gustaba.
“Ella pensaba que era vaciladera mía, porque yo era muy regazón y no me creía, pero de tantas pláticas, me empecé a enamorar y comencé a llamarla todas las noches, hasta el amanecer a veces, y decidimos un día conocernos. Y ahí empezó todo”, relató.
Katherin refirió que antes de conocerse físicamente ya lo había visto en fotos, por lo que ya sabía de su condición.
No obstante, cuando Oscar la conoció se dijo así mismo que sí iría en serio con ella, pero no pensó que realmente sería así, es decir, que Katherin aceptaría y decidiera estar junto a él.
“Nunca pensé que iba a encontrarme a alguien que me iba a hacer sentir especial y aceptarme, así como soy”, dijo el joven Blandino.
Él padece de acondroplasia, una enfermedad que le impidió desarrollar sus brazos y piernas, pero que ha logrado formar una familia con Katherin, con estatura normal y con quien tiene un niño de 7 meses.
“Nunca imaginé que iba a enamorarme de ella. Es una persona tranquila, con un carácter fuerte, pero eso fue lo que hizo encariñarme, y que siempre me mostró lo que es”, confesó Oscar.
Ahora llevan una relación de pareja normal, con discusiones a veces, pero consideran que eso les fortalece más.
Oscar reconoce el apoyo de sus suegros, quienes siempre les han dado la mano cuando lo necesitan, a pesar de sus limitantes, pues son una familia humilde y luchadora con su negocio de tortillas, donde en ocasiones Katherin ayuda su mamá a palmear, ya que por el momento se dedica a cuidar del bebé. No obstante, le gustaría contar con una fuente de ingresos.
“A una pareja como nosotros, nos cuesta algunas cosas, por mi condición, y a veces necesitamos de apoyo”, confiesa el joven.
Muchos sueños
Ambos comparten la visión de querer mejorar sus condiciones de vida. Aunque Oscar trabaja como mesero en una disco capitalina, él sueña con emprender y tener su propio negocio.
Confiesa que le gustaría tener una comidería, un lugar donde él pueda ser su propio jefe y así poder darle a su familia las condiciones necesarias para vivir y poder salir adelante. Y talvez pueda concluir sus estudios en Periodismo, que dejó inconclusos en el segundo año de la carrera.
Oscar lleva una trayectoria de varios años como mesero en bares y restaurantes, para lo cual su tamaño no ha sido impedimento, desempeñando su labor con mucha eficiencia.
Actualmente viven en casa de sus suegros en el barrio 19 de Julio, porque no tienen los recursos para contar con su propia vivienda, uno de los mayores sueños de esta pareja poco convencional, con un integrante de estatura baja, pero grande de corazón.
Oscar y Katherin conforman una pareja como resultado del uso de las redes sociales, que, aunque es un arma de doble filo, ellos son un ejemplo de que sí pueden ayudar a la formación de una familia.