En un ambiente de mucha nostalgia y gratos recuerdos fue despedida por sus Familiares y amigos la poeta Claribel Alegría, quien pasó a otro plano de vida el pasado jueves, fecha que jamás será olvidada por quienes aprendieron mucho del talento de la mujer que siempre demostró su amor por Nicaragua a través de sus obras.
Desde la iglesia de Santo Domingo, en las Sierritas de Managua, se ofició una misa como parte de la ceremonia de despedida a la poeta que deja un gran legado a los poetas nicaragüenses.
Erick flakoll Alegría, hijo de Claribel, destacó que su madre deja un legado lleno de alegría, como su apellido, pues fue una mujer que siempre le sonrió a la vida.
“Mi madre nos deja un legado de alegría por la vida, un legado histórico y testimonial ya que publicó más de 47 libros junto a mi padre, y muchas obras poéticas que escribió sola. Fue una mujer feminista que luchó contra el machismo, fue una luchadora incansable por la justicia social y la liberación de los pueblos”, refirió.
Flakoll, recordó cómo la Revolución Sandinista les permitió reencontrarse como familia, acontecimiento que les permitió estrechar los lazos de amor entre sus padres y hermanos.
“Nicaragua fue un país que nos unió como familia y cuando triunfó la Revolución Sandinista nos volvimos a encontrar en este país, donde nos compenetramos y más que hijos y padres, éramos cómplices y la lucha de los años 80 nos unió grandemente, teníamos un mismo enfoque de la vida”, añadió.
Para los poetas jóvenes, Claribel fue una gran maestra, un gran ejemplo a seguir, así lo manifestó el joven escritor José Adiac Montoya, quien junto a sus colegas lamentan la pérdida física de una de las grandes amigas de la poesía nicaragüense y centroamericana.
“Claribel más allá de su edad, siempre la consideré como una de las almas más jóvenes que yo conocía, empatizaba enormemente con nosotros los escritores más jóvenes, nos sentimos acuerpados y apoyados por ella, hoy nos deja sus obras literarias como una gran herencia. Hay conmoción entre los poetas nicaragüenses, sabemos que la muerte llegaría, pero nunca estas preparado y eso lo vuelve una gran sorpresa”, expresó.
A los funerales acudió el embajador de El Salvador en Nicaragua, señor Carlos Ascencio, quien lamentó la pérdida de la poeta, quien trascendió las fronteras de su país a través de sus obras, las que son admiradas en El Salvador, país de donde tenía raíces maternas.
“El fallecimiento de Claribel es una gran pérdida, una mujer muy querida en nuestro país, sin embargo, nos conforta que tuvo una vida plena en la que contribuyó a la cultura de Centroamérica. A través de sus obras se fortalecieron los lazos de amistad entre nuestros países, lo que hoy sentimos su partida física”, subrayó.
Los restos mortales de la poetisa fueron sepultados en el Cementerio de las Sierritas de Managua, junto a los de su esposo.