Como una bendición divina, así describe el Cardenal Leopoldo Brenes los 43 años de vida sacerdotal, tiempo al servicio del pueblo y las familias, con quienes celebró esta fecha, con una Misa de Acción de Gracias realizada en la Catedral Metropolitana.
“Para mí este es un momento hermoso, darle gracias al Señor por haberme llamado sin méritos propios y sin esfuerzo, porque la vocación es el llamado que Dios hace, uno de los grandes misterios, el sacerdocio ministerial no se escoge, sino que se deja uno conducir y en estos días le doy gracias al Señor por estos 43 años”, manifestó Brenes.
Su eminencia cardenalicia, ingresó al Seminario en 1964, luego fue ordenado sacerdote en 1974, luego en el año 1988 fue ordenado Obispo y en 1991 es enviado a Matagalpa. Luego en el 2005 fue nombrado Arzobispo y para el año 2014 es nombrado Cardenal por el Papa Francisco.
“Desde el encuentro con Jesucristo cada uno de los nombramientos recibidos son vistos por mí como momentos de gracia que Dios nos concede, son un regalo. Agradezco a todas las familias y Laicos que me han acompañado a lo largo de estos 43 años, en cada una de las parroquias en las que he permanecido, he notado el cariño y afecto de quienes oran cada noche por mí”, destacó.
“Hoy estoy con la misma alegría con que inicié mi vida sacerdotal, ha sido un proceso, pero con una línea muy particular, la cercanía y amistad de los sacerdotes, obispos y fieles. No tengo queja de todo este tiempo lleno de felicidad y por eso agradezco a quienes me han acompañado durante todos años”, añadió.
Los religiosos que acompañan al Cardenal Brenes en su trabajo sacerdotal, expresaron sus felicitaciones al líder espiritual y guía del pueblo católico nicaragüense.
“Mi maestro, hermano y pastor así puedo describir al Cardenal Brenes, un hombre elegido por Dios, un hombre al servicio del pueblo y de Dios y esperamos que estos sean los primeros 43 años de muchos que van a venir”, manifestó el Sacerdote Carlos Handal.
Al finalizar la eucaristía, los mariachis entonaron las mañanitas y otras piezas musicales, las que dieron el toque de festejo a la celebración en la que el pueblo saludó a su líder espiritual.