El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA registró entre el 5 y el 11 de julio de 2017 un campo magnético intenso y complejo que parece seguir creciendo a un ritmo acelerado.
La actividad del Sol es determinada por el número de manchas y brotes en su superficie, vinculados con los cambios del campo magnético de la estrella. Aunque las manchas solares son, en realidad, comunes, deberían ser menos frecuentes porque nos aproximamos al 'mínimo solar', un período de baja actividad solar en el ciclo sistémico que dura aproximadamente 11 años.
Esta mancha, única por el momento, es la primera en aparecer en el astro, que permaneció en calma durante dos días.
Generalmente, las manchas se comparan con las pecas en la cara del Sol, pero, curiosamente, el tamaño es relativo: el núcleo de esta mancha abarca un área que es realmente más grande que la Tierra.