El presidente estadounidense, Donald Trump, se reunirá la próxima semana con su homólogo ruso, Vladimir Putin, al margen de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) en Hamburgo, Alemania, informó hoy la Casa Blanca.

No tenemos una agenda específica, el mandatario hablará de lo que quiera, manifestó a la prensa el consejero de seguridad nacional de la Presidencia, Herbert McMaster, durante una reunión informativa sobre el viaje del jefe de Estado, que incluirá una parada en Varsovia, Polonia.

El encuentro entre ambos líderes, el primero desde la llegada de Trump al poder en enero, ocurrirá en medio del constante escrutinio sobre su administración por acusaciones de una presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016 y una supuesta complicidad con su equipo de campaña.

Sobre ese tema, Moscú ha negado reiteradamente cualquier intromisión en los comicios, mientras que el gobernante norteamericano también rechaza las denuncias contra sus colaboradores y asegura que los demócratas usan esa historia para justificar su derrota electoral.

Gary Cohn, el principal asesor económico del mandatario, dijo que la Casa Blanca espera que el encuentro sea una reunión bilateral formal en lugar de una conversación informal.

En la cita del G-20, que se celebrará el 7 y 8 de julio, Trump se reunirá con otros líderes mundiales de manera similar, entre ellos el presidente chino, Xi Jinping; la canciller alemana, Angela Merkel; y los primeros ministros de Reino Unido, Theresa May; y Japón, Shinzo Abe, a quienes ya recibió en la Casa Blanca.

'Nuestra relación con Rusia no es diferente a la de cualquier otro país', sostuvo McMaster, quien añadió que el secretario de Estado, Rex Tillerson, ha desempeñado un papel destacado en el nexo bilateral.

'Estamos involucrados en amplias discusiones sobre los problemas en los vínculos y las áreas para explorar intereses y oportunidades comunes', manifestó.

Trump y Putin han conversado en varias ocasiones por vía telefónica desde el inicio de la nueva administración, la primera de ellas el 28 de enero, cuando abordaron temas como la lucha contra el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico y la situación en Siria.

En un comunicado sobre ese diálogo, el gobierno norteamericano indicó entonces que fue un inicio significativo para mejorar las relaciones entre los dos países.