Ante ti se inclina la bandera de la patria, sostenida por el pueblo que defiende las causas populares, las causas de los más desposeídos.
Naciste en pueblo humilde y, como protagonista, con humildad sembraste las raíces que otorgaron a nuestro país la más completa democracia, ejemplo del continente americano.
Dejasteis a las actuales y futuras generaciones, la más grande he incalculable herencia de coraje, valor, decoro y amor a la patria.
Inicio luminoso, como aurora de la mañana, fue tu surgir a la vida, para defender las causas justas de pueblo oprimido, luchando por ello, hasta derramar tu preciada sangre.
No permitiremos que intereses egoístas y mezquinos, nos arrebaten la oportunidad de cumplir el sueño –Tú sueño- del pueblo nicaragüense, de romper las cadenas de las injusticias que lo empobrecieron.
Otros te hemos seguido, otros te seguirán hacia el sol de la victoria, orgullosos y con la frente en alto en defensa de los ideales, como herencia de un tesoro incalculable.
Opinión
Acróstico al General de Hombres Libres Augusto C. Sandino
Miércoles 22 de Febrero de 2012 | Tomás Valdez Rodríguez
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