Un equipo de científicos que analizaban la electroencefalografía (EEG) de cuatro pacientes en estado terminal en el momento de la muerte, descubrió algo insólito: uno de los pacientes tuvo actividad cerebral hasta 10 minutos después de que el corazón se paró, según cuentan en un artículo aparecido en la revista The Canadian Journal of Neurological Sciences.
Durante más de 10 minutos después de que los médicos confirmaran la muerte de este paciente a través de una serie de observaciones, incluyendo la ausencia de pulso y pupilas no reactivas, el paciente experimentaba el mismo tipo de ondas cerebrales (ondas delta) que obtenemos durante el sueño profundo.
En el 99% de los casos, la muerte ocurre cuando el corazón deja de latir. En ese momento, la sangre deja de circular por el cuerpo, el oxígeno no llega al cerebro y en consecuencia en poco tiempo se produce la muerte.
Según un estudio del año 2013 que registró la actividad cerebral relacionada con la muerte en roedores, hay cuatro etapas distintas de muerte cerebral. La primera etapa es la parada cardiaca y tarda solamente aproximadamente 4 segundos entre el último latido regular del corazón y la pérdida del pulso oxigenado de la sangre.
La segunda etapa dura alrededor de 6 segundos y termina con una explosión de ondas delta, llamadas también "delta blip" u “ondas de la muerte” porque aparecen también en los momentos de la muerte. En la tercera etapa de la muerte, que dura 20 segundos, la actividad cerebral es la de las ondas delta provocadas por la segunda etapa. La cuarta etapa es la muerte definitiva.
Lo que ocurrió con los pacientes analizados en esta investigación rompió esta secuencia. Uno de los pacientes dejó de mostrar actividad EEG 10 minutos antes de que el corazón dejara de latir. Otro de los pacientes mantuvo la actividad cerebral (ráfagas de ondas delta) 10 minutos después de que se parara su corazón.
La verdadera sorpresa la provocó el paciente con actividad cerebral prolongada después de la parálisis cardiaca. Los cuatro pacientes no sólo estaban en la fase terminal de su enfermedad, sino que además estaban intensamente medicados antes de la parálisis cardiaca.