“Creo que apartando cualquier antagonismo que exista, el hecho que los nicaragüenses con  esta fiesta tradicional de la Purísima lográramos llegar a tener esa calificación mundial, va a ser una herencia que vamos a dejar a las futuras generaciones”, indicó Montenegro.

El religioso  comentó que en cualquier lugar del mundo, donde haya un grupo de nicaragüenses, ahí se celebra la Purísima, acompañada de toda la tradición culinaria, artesanal y sobre todo del fervor mariano.

“Por eso debe ser algo que demos a conocer al mundo  y una mejor manera de hacerlo es declarándola patrimonio”, aseguró.