La magia se apoderó de la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, con la espectacular puesta en escena de El Cascanueces, un ballet clásico del cuento ruso El Cascanueces y el Rey de los Ratones, que la noche de este miércoles se presentó por primera vez en Nicaragua.
La magia de la transformación del escenario, desde la sala de una casa a todo un mundo de ensueños, resaltado con la música del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski, son elementos que resaltan en la puesta en escena de El Cascanueces.
Esta es la primera vez que en Nicaragua se presenta la obra completa El Cascanueces, en conjunto con la Orquesta Sinfónica Juvenil Rubén Darío y la Compañía de Ballet de Nicaragua, quienes han venido trabajando para hacer posible esta puesta en escena.
En esta obra participan 152 artistas de la Compañía Nacional de Ballet, la Escuela Nacional de Ballet del Instituto Nicaragüense de Cultura y la Orquesta Sinfónica Juvenil Rubén.
La compañía de Ballet ha venido trabajando desde hace 2 meses para crear todas las coreografías, luces, efectos y diseños. Hay que destacar que la Orquesta Juvenil Sinfónica está integrada por muchos jóvenes músicos y la compañía de Ballet de Nicaragua despunta con bailarines jóvenes.
En la Escuela Nacional de Ballet y la Compañía Nacional de Ballet participan estudiantes en edades desde los 3 años hasta los 25 años.
La compañía de Ballet de Nicaragua está compuesta por alrededor de 20 bailarines jóvenes nicaragüenses, menores de 25 años, bajo la dirección del maestro William Herrera.
“El movimiento de la danza clásica sobre todo ha crecido en estos últimos 6 y 7 años, llevándonos a niveles altos, ya que también está integrada la Escuela Nacional de Ballet del Instituto Nicaragüense de Cultura con alrededor de 100 estudiantes, incluyendo las niñas pequeñas de pre-ballet”, dijo William Herrera Gutiérrez, primer bailarín de la Compañía de Ballet de Nicaragua.
Una obra mágica
La obra inicia cuando el alcalde y su esposa celebran el cumpleaños de su hija clara e invitan a todos sus conocidos; al cumpleaños asiste Drosselmeyer, padrino de Clara, quien le obsequia un Cascanueces; al caer la noche después de la fiesta, Clara llega a buscar su Cascanueces y se da cuenta que su padrino ha encantado toda la casa y se desarrolla una batalla entre ratones; entonces le da vida al Cascanueces y en esa batalla sale victorioso.
Drosselmeyes lleva a Clara a un viaje donde llegan al país del Hada de Azúcar y es donde Clara le ayuda al Cascanueces a vencer al Rey Ratón logra salvar el país de azúcar, por ello el Hada y su caballero les ofrecen un festín en agradecimiento.
Ramileth Morales Montana, quien interpreta a Clara, describe la puesta en escena como mágica, ya que es una obra en la que la ilusión y lo real está en juego.
“Soy Clara, una de las bailarinas principales de la obra y mi personaje lo disfruto mucho. Estoy contenta de ser parte de esta obra, en la que hemos trabajado como 3 meses en el montaje”.
“La primera parte de la obra ocurre como un festejo en navidad, pero cuando ella se va a dormir, ocurre la magia, cambia el panorama de la obra y todo es surreal y mágico”, agregó.
“Es una obra que siempre hemos querido ver, nos gusta mucho el arte y el ballet, y aprovechamos que hace poco nos trasladamos a vivir Nicaragua para poder ver esta obra en la que desde pequeña pude participar en la escuela”, dijo Dilia Aguilar.
Hanna Mendoza, comentó que El Cascanueces “Es una obra inspirada en la navidad, donde uno puede estar junto a sus seres queridos, pero además llama la atención esa combinación de la obra y el baile”.
En Nicaragua ya se han presentado pequeños fragmentos del cuento, pero es la primera vez que se presenta la obra completa que tuvo una duración de 1 hora y 40 minutos, acompañada de la Orquesta en vivo, de diseño escenográfico y elementos que destacan y le dan magia a la obra.