Anna Jyrämä es una escritora finlandesa de 15 años, estudiante de la Escuela de Taivallahti (Taivallahden peruskoulu), en Helsinki.

La trovadora juvenil, que también interpreta el arpa desde los cuatro años, se acercó con determinación a la Embajada de Nicaragua en el país nórdico para solicitar una pasantía. Asidua lectora y versada en varios idiomas, la joven dijo que “deseaba estudiar y traducir poemas de Rubén Darío”.

Fue así que, auxiliada por diccionarios bilingües y antologías literarias, la novel poeta se abocó a lo largo de dos semanas a traducir al finés una docena de poemas del Príncipe de las Letras Castellanas, tarea nada fácil considerando la estructura sintáctica, métrica y profundidad del verso rubeniano, además de las pocas similitudes existentes entre la lengua española y la finesa.

Es menester recordar que, hace varias décadas, otra talentosa jovencita finlandesa, Saima Harmaja (1913-1937), tradujo al finés algunos poemas del Padre del Modernismo. Desafortunadamente, Saima, admiradora de la rima poética, falleció a la temprana edad de 23 años, dejando a la posteridad una producción literaria digna de elogio.

Anna expresó a Ricardo Alvarado, embajador de Nicaragua en Finlandia, que disfrutó mucho traducir a Rubén Darío y que espera continuar estudiando su obra. “De la selección de poemas, ‘Pasa y olvida’ me impactó más”, reveló la adolescente al terminar su trabajo titulado “Poemas de Rubén Darío. Un punto de vista juvenil finlandés” (Rubén Daríon runot suomalaisnuoren näkökulmasta, véase documento PDF).

La filóloga finlandesa Marika Helovuo, también escritora, luego de leer los textos comentó al embajador Alvarado que “sin ser una experta en Rubén Darío, creo que el trabajo es bueno”. “El lenguaje (finés) utilizado por Anna, teniendo en cuenta su corta edad, me parece sumamente bueno”, agregó.

Por su parte, Hanna Halttunen, profesora de finés en la Escuela de Taivallahti, opinó que “las traducciones de Anna son verdaderamente hermosas”.

El viernes pasado, Anna presentó su trabajo en un evento realizado en su escuela al que asistió el director del centro, Hannu Kosonen, quien no ocultó el orgullo que le embargaba por la contribución de su estudiante al acervo cultural nica-finlandés.

La joven poeta, que llevaba prendido un broche con las banderas de Nicaragua y Finlandia, también declamó algunos de los poemas, en finés, cautivando a todos los presentes en el salón y honrando a nuestro panida universal, cuya imagen se proyectaba en una pantalla.

Al finalizar la ponencia, la novel escritora exteriorizó su deseo de visitar la patria de Darío, tierra hecha de vigor y de gloria para la humanidad, ese vigor que llevó a Anna a enriquecer la lengua finesa con poemas como “Jatka matkaa ja unohda” (Pasa y olvida).

“Rubén Darío me ha inspirado a visitar Nicaragua, lo que espero llevar a cabo en un futuro próximo”, concluyó diciendo, con la seguridad que le caracteriza, la poeta niña.

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